Mis lecturas de Flash Gordon siempre fueron muy desordenadas: leía lo que caía en mis manos. A veces, eran algunos números de la colección que le dedicó Editorial Valenciana a finales de los años 70, los cuales aún guardo con cariño. Otras veces fueron ejemplares de la mítica Editorial Vértice o algún tomo de Buru Lan. A pesar de ello, siempre he sentido un cariño muy especial por el personaje que crearan Alex Raymond y Don Moore allá por 1934. Con lecturas tan desordenadas ―y con una trayectoria tan larga― era fácil perderse alguna de las mejores etapas del personaje, como la que dibujó y escribió Dan Barry.
Hoy en día no hay excusa para no leer a Flash Gordon como se merece. Dolmen Editorial está realizando una labor encomiable al publicar la práctica totalidad de las tiras diarias y dominicales del héroe espacial. Ya han aparecido las hermosas viñetas de Raymond, así como las tiras de Austin Briggs y Emmanuel Mac Raboy, y lo mismo está haciendo con las dailies y sundays de Dan Darry, quizás el artista que más ha dibujado y escrito las aventuras de Flash Gordon.
Las tiras de prensa de Flash Gordon de Dan Barry
La presencia de Flash Gordon en los periódicos estadounidenses había sido prácticamente completa desde su creación a mediados de los años 30. Sin embargo, tras las etapas de Briggs y Mac Raboy, el aventurero pareció perder fuelle. Mac Raboy se ocupaba de las tiras dominicales, pero no había nadie a cargo de las diarias, y la King Features no podía permitirse el lujo de infrautilizar una de sus propiedades intelectuales de más éxito. Y más cuando los viejos seriales cinematográficos fueron reciclados para la televisión o se estrenaban nuevas series. El autor que iba a ser el artífice del renacimiento de Flash fue Daniel Barry, cuya primera tira apareció el 19 de noviembre de 1951.
Obviamente, el encargo de la agencia de prensa King Features Syndicate era impulsar de nuevo las ventas del personaje, dándole un nuevo enfoque. Dan Barry parecía el autor indicado. Este se aleja de las gestas fantásticas de otros autores e imprime a las aventuras de Flash un tono más realista. Los ingenios y los cruceros espaciales lucen un aspecto más cercano a los proyectos que la NASA pretende poner en órbita en pocos años. A su vez, Flash Gordon ya no es el héroe infalible al que estábamos acostumbrado, sino un hombre que, dentro de su excepcionalidad, se equivoca y conoce el amargo sabor de la derrota.
Lo que no varía es la irresistible atracción que las mujeres sienten hacia el héroe. Por ejemplo, en el tomo Flash Gordon de Dan Barry: Dinosaurios de Mongo - Daily Strips 1969-1971, personajes como Azura o la la reina Fría caen finalmente rendidas a los pies de Flash, aunque al principio albergaran contra él intenciones aviesas.
Dan Barry y sus inicios en Flash Gordon
Daniel Barry (1923-1997) comenzó a dibujar historietas a los 19 años. Sus primeros trabajos fueron para publicaciones de la Golden Age como Airboy o Doc Savage. En 1943 se alista a las fuerzas aéreas y allí le es encomendada la creación de una tira cómica para el boletín del ejército titulada “Bombrack”. Al finalizar la II Guerra Mundial, Barry vuelve al cómic y, tras su paso por historietas de crímenes y detectives, se hace cargo de las tiras de prensa de Tarzán.
Barry no estaba precisamente desocupado cuando le llegó la propuesta de la King Features Syndicate de hacerse cargo de las tiras de Flash Gordon. Aparte de historietista, trabajaba en publicidad y creando cómics educativos. Algunos de ellos llegaron incluso a usarse en las escuelas japonesas durante la ocupación estadounidense. Fue precisamente este aspecto de la carrera de Dan Barry el que determinó que la King Features le ofreciera dibujar las daily strips de Flash Gordon.
Sin embargo, Dan Barry declinó el ofrecimiento de la todopoderosa agencia de prensa, propiedad del grupo Hearst Corporation. ¿La razón?: estaba hasta arriba de trabajo. Además, algunos compañeros de profesión le aconsejaron no aceptar la propuesta, ya que pensaban que la King Features no le permitiría hacer nada original con una propiedad tan valiosa. Por si fuera poco, aunque admirador de Alex Raymond, a Barry nunca le había fascinado Flash Gordon como personaje.
Los representantes de la King Features, ante la negativa de Barry, insistieron ofreciéndole libertad creativa. La editorial quería introducir en las tiras de prensa más ciencia en detrimento de la fantasía, y Barry parecía el más indicado para ello. El acuerdo parecía estar cerca, sobre todo porque hacerse cargo de la tira era compatible con establecerse en Europa como pintor abstracto impresionista, el sueño de Barry. De hecho, residió en Europa entre 1957 y 1964. Su reciente divorcio y tener que mantener a dos hijos pequeños también pesaron en su decisión. Tras aceptar el trato, lo primero que hizo Barry en sus primeras tiras fue olvidarse del planeta Mongo y limitar las aventuras de Flash Gordon al sistema solar, haciéndolo todo un poco más plausible.
El "equipo" de Dan Barry
Al principio del tomo Flash Gordon de Dan Barry: Dinosaurios de Mongo - Daily Strips 1969-1971, publicado por Dolmen, aparecen los créditos de las historias. Junto a Dan Barry, en los guiones aparece Harry Harrison (1925-2012). A este escritor de ciencia ficción estadounidense debemos obras como ¡Hagan Sitio!, ¡Hagan Sitio! (1966), llevada al cine con el título Cuando el Destino Nos Alcance (Soylent Green, 1973), o la saga Bill, el Héroe Galáctico (una sátira de Tropas del Espacio, de Robert A. Heinlein). Paralelamente a su carrera como escritor, Harrison colaboró con Barry en los guiones de Flash Gordon durante varios años. Además, a menudo aportaba bocetos de las historias, gracias a su pasado como dibujante en la legendaria EC Comics.
Las historias contenidas en el presente volumen no fueron dibujadas por Dan Barry, sino por Fred Kida, uno de sus muchos colaboradores a lo largo de su etapa en esta tira diaria. De ascendencia nipona, Kida había trabajado junto a Barry en el cómic Airboy. Este solvente dibujante intervino en dos etapas de Flash Gordon: entre 1958 y 1961, y entre 1968 y 1971. A principios de los años 80 dibujaría las tiras de prensa de The Amazing Spider-Man.
Además de los mencionados, Dan Barry se apoyó en numerosos dibujantes, entintadores y guionistas para cumplir con las entregas de Flash Gordon. Entre ellos figuran nombres como Frank Giacoia, Harvey Kurtzman, Sy Barry ―hermano de Dan―, Ric Estrada, Mike Sekowski o Bob Fujitani, entre otros. Estos profesionales raramente fueron acreditados, y solo conocemos sus aportaciones gracias a estudiosos del cómic que han analizado la obra de Barry.
Entregar una tira diaria durante tantos años justificaba, hasta cierto punto, el apoyo de Barry en diversos colaboradores. Y más si tenemos en cuenta los años en los que estuvo viviendo en Europa, más por ahorrarse impuestos que por sus aspiraciones a pintor abstracto. De hecho, Dan Barry dio con sus huesos en la cárcel en 1982 debido a un delito de evasión fiscal.
La etapa de Barry a cargo de Flash Gordon finalizó en 1990, al rechazar la rebaja de emolumentos que le pretendía imponer la King Features Syndicate. Retomaron la labor autores como Gray Morrow o Bruce Jones, pero la tira se dejó de publicar tres años después.
Las historias de Flash Gordon: Dinosaurios de Mongo
Flash Gordon contra el Amo de las Marionetas es la primera de las aventuras del tomo editado por Dolmen. En ella, el héroe se enfrenta al profesor Dahlmeister, quien ha creado una especie de androide capaz de suplantar a individuos situados en puestos clave. De hecho, tanto Zarkov como Flash son sustituidos por estos clones robóticos, aunque con resultados inesperados en el caso de la réplica del héroe. En esta historia, la máquina también demostró tener sentimientos.
En Los Grandes Torneos de Mongo hacen acto de presencia los astro-cadetes, un grupo de jóvenes aspirantes a astronautas que hacen las veces de alivio cómico. Uno de los chicos, incluso, tiene poderes extrasensoriales. A pesar del alejamiento de la fantasía pura que caracteriza la etapa de Dan Barry, este se ve obligado a regresar al planeta Mongo y sus exóticos reinos, como el gobernado por Azura, la Reina Bruja de Mongo. A mitad de esta historia se evidencia claramente un cambio en el dibujo, aunque solo aparezca acreditado Fred Kida en todos los segmentos del volumen.
Le siguen aventuras en los desiertos y sus tribus guerreras, prácticamente calcadas de las del norte de África, y enfrentamientos con los piratas de Mongo, cuyo cabecilla parece el vivo retrato de cualquier gangster norteamericano. En la aventura que da título al tomo tienen más protagonismo los astro-cadetes, así como un ser muy especial, un pequeño alienígena que ha quedado varado en Mongo. Las historias tiene un buen ritmo y se leen del tirón, ya que cada tres o cuatro viñetas hay un mini-cliffhanger que debía enganchar al lector. En la última aventura, Flash hace una visita al reino submarino de Neptunia y a las gélidas posesiones de la reina Fría ―aunque se comporte de forma contraria a su nombre con nuestro héroe―, monarca de Frigia.
En definitiva, Flash Gordon de Dan Barry: Dinosaurios de Mongo - Daily Strips 1969-1971 es una muestra del buen hacer de este autor total y su excepcional equipo de colaboradores. Los guiones de Harry Harrison, más inclinados hacia la ciencia ficción, así como la humanización del héroe, alejándolo de aquella idealización casi divina de autores anteriores, hacen de este cómic toda una delicia. La edición de Dolmen, como siempre, de la máxima calidad: cartoné apaisado para acomodar mejor las tiras, papel de alto gramaje y una reproducción superior... cuando el material original lo permite, algo de lo que se avisa al lector al inicio del tomo.
Quedan muchas aventuras de Flash Gordon por publicar. Hay que recordar que Dan Barry también se hizo cargo de las tiras dominicales a color entre enero de 1968 y julio de 1990. Obviamente, ayudado por nombres como Bob Fujitani o Frank Giacoia. Una extraordinaria etapa que, sin duda, Dolmen Editorial nos ofrecerá en un futuro cercano.










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