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Más Allá de Alien: El Legado Biomecánico de H. R. Giger

H. R. Giger, Alien

H. R Giger (1940-2014) es uno de los artistas que más ha influido en la estética del cine de ciencia ficción y horror de los últimos 45 años. Su particular visión de lo macabro se materializa en aerógrafos surrealistas donde lo carnal se mezcla con lo mecánico en un estilo denominado «biomecánico». Dichas pinturas tienen una gran fuerza visual, lo que las hace ideales para recrear universos de pesadilla como el de Alien (1979). Irónicamente, y a pesar de su gran influencia en la estética del cine de horror de los 80 y 90, el artista suizo se prodigó poco en este medio. Aparte del film de Ridley Scott, Poltergeist II (1986) o Species (1995), pocas películas tuvieron el privilegio de contar con diseños originales creados por el propio Giger. Ello no impidió que surgieran decenas de producciones de horror y ciencia ficción que copiaran descaradamente el estilo biomecánico creado por el artista suizo. He aquí algunas de ellas.

Galaxina (1980)

Protagonizada por la playmate Dorothy Stratten, asesinada un par de meses después del estreno, Galaxina es, más bien, una copia descarada de Barbarella (1968). Ambientada en el siglo XXXI, en la película aparece una escena que homenajea, a su manera, el nacimiento del xenomorfo de Alien, el Octavo Pasajero. Tiene lugar cuando los tripulantes de una nave deben ingerir unas pastillas, único alimento a bordo. El Capitán Butt encuentra un huevo y, desesperado por llevarse a la boca comida de verdad, lo ingiere. Cuando su estómago comienza a crecer, sus compañeros no se les ocurre otra cosa que golpearlo, lo que provoca que el alien surja de su boca, y no del pecho, como en la película de Ridley Scott. La Loca Historia de las Galaxias (Spaceballs, 1987) no fue la primera película en parodiar tan macabro nacimiento...

Saturno 3 (1980)

Protagonizada por Kirk Douglas y dirigida por Stanley Donen según una historia de John Barry, diseñador de producción de La Guerra de las Galaxias, Saturno 3 contaba con un terrorífico robot con cerebro humano que parecía surgido de la mismísima imaginación de H. R. Giger. Héctor, un ingenio homicida de más de dos metros, está dirigido mentalmente por Benson, un psicópata obsesionado por el Ángel de Charlie Farrah Fawcett y que interpreta Harvey Keitel. La fabricación del androide, que fue diseñado por Colin Chilvers (Superman, X-Men) basándose en dibujos de Leonardo Da Vinci, se comió un millón de dólares del presupuesto. Para su manejo fueron necesarias veinte personas. 

Robot, Saturno 3


Scared to Death (1980)

El realizador y guionista William Malone y H. R. Giger colaborarían al final de la década en The Mirror, un proyecto que no fructificó. Sin embargo, en 1980, Malone ya intentó aprovechar el tirón de Alien, el Octavo Pasajero y los geniales diseños del artista suizo en su película Scared to Death, su debut como director. La criatura era muy similar al xenomorfo, pero sin su característica cabeza de calabacín. Por lo demás, parecía diseñada por el propio Giger. En realidad, el Syngenor (Synthetic Genetic Organism) fue construido por Jim Suthers, a quien solo se le conoce otra película en toda su carrera: Garra Sangrienta (1986).

El Intruso (1981)

Las películas para televisión también explotaron el filón de los extraterrestres biomecánicos de H. R Giger. En El Intruso (The Intruder Within), son los operarios de una plataforma petrolífera los que deben enfrentarse con un alienígena hostil. El ciclo reproductivo de los xenomorfos de Ridley Scott es copiado casi por completo, ya que la locura se desata cuando uno de los operarios es mordido por una especie de anguila monstruosa. La fase final de la metamorfosis es muy similar a la criatura con la que deben lidiar los tripulantes de la Nostromo, aunque sin el toque de dos genios como Giger y Carlo Rambaldi. El alien de El Intruso fue creado por James Cummins (Muertos y Enterrados, House, Una Casa Alucinante) y Henry Golas solo tres días antes del comienzo del rodaje ya que tuvieron que desechar lo que habían construido los meses previos. Los directores querían una criatura con un aspecto más alienígena.

El Intruso, alien, monstruo

Lifeforce: Fuerza Vital (1985)

Basada en el libro Vampiros del Espacio, de Colin Wilson, la película de Tobe Hooper (La Matanza de Texas) tomaba no pocos elementos de la imaginería de H. R. Giger, sobre todo en su primer tercio. Y no es casualidad, ya que uno de los guionistas es Dan O'Bannon, autor también de Alien, el Octavo Pasajero. Cuando la lanzadera espacial Winston Churchill halla un gigantesco pecio estelar en la cola del cometa Halley, deciden abordarla. Tanto su diseño exterior —con forma de neurona— como el interior son auténticamente biomecánicos, aunque Giger nada tuviera que ver en esta producción. Los efectos visuales de la película fueron realizados por Apogee Inc., empresa de John Dykstra, ganador de un Oscar por Star Wars y nominado por Star Trek: La Película.

Aliens, el Regreso (1986)

Inexplicablemente, la secuela de Alien dirigida por James Cameron no contó con la colaboración de H. R. Giger. El realizador y los productores Walter Hill y David Giler decidieron apostar en su lugar por el especialista en efectos especiales Stan Winston, quien ganaría un Oscar por su trabajo. De los vehículos y escenarios se encargaron Ron Cobb y Syd Mead (Blade Runner). Por otra parte, Giger se encontraba entonces ocupado con Poltergeist II: El Otro Lado, un proyecto del que el artista no guardaría buenos recuerdos. Aunque Giger expresó su disgusto porque no contaran con él para la secuela, siempre tuvo buenas palabras para el trabajo de Winston y su Reina Alien. De hecho, Winston se esforzó por que la bestia mantuviera el aspecto «biomecanoide» del xenomorfo original.

La influencia de Hans Ruedi Giger se dejó sentir en la mayoría de los diseños de las películas de horror y ciencia ficción de los 80 y 90. A pesar de ello, el artista estuvo involucrado en escasos proyectos. Uno de ellos fue el videojuego de 1992 Dark Seed y su secuela de 1995, o las dos primeras entregas de la saga Species (1995 y 1998). También intervino en la comedia negra El Condón Asesino (1996), basada en los cómics de Ralf König, y en la producción japonesa de ciencia ficción Tokyo: The Last War (1989). Dejaremos estas colaboraciones de H. R. Giger para próximos artículos.

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