MEGABANNER

La Película Perdida de Giger que Combinaba Hellraiser y Horizonte Final

Dead Star, Giger, Alien, Hellraiser, Event Horizon, Horizonte Final

No hay duda de que el suizo Hans Ruedi Giger (1940-2014) fue uno de los artistas conceptuales más influyentes del siglo XX. Sus diseños para la película Alien (1979) le valieron en 1980 el Óscar a los Mejores Efectos Visuales. El xenomorfo, su creación más lograda —e imitada—, será recordada para siempre como uno de los alienígenas más icónicos de la historia del cine. Tras el éxito de Alien, otros cineastas recurrieron a la febril imaginación del artista para dar vida a las más grotescas criaturas. Poltergeist II (1986), Alien³ (1992) o Species (1995) fueron algunos de los proyectos en los que H. R. Giger estuvo involucrado en mayor o menor medida. Otras producciones, en cambio, nunca llegaron a ver la luz, como The Train, con Ridley Scott, o la que hoy nos ocupa, la bizarra Dead Star. Esta es la historia de la que habría sido predecesora de películas como Horizonte Final o Supernova.

The Mirror, Alicia a Través del Espejo según Giger

Todo fan de la ciencia ficción que se precie ha oído hablar alguna vez de los planes del chileno Alejandro Jodorowsky de llevar a la gran pantalla Dune, una de las novelas más importantes de la ciencia ficción. Entre otros artistas, como Moebius o Chris Foss, el suizo H. R. Giger colaboró con unos extraordinarios diseños, mezcla entre criaturas vivas y mecanismos, lo que él llamaba «biomecanoides». El proyecto no llegó a buen término, pero Giger conoció la fama años después con sus diseños para la película Alien. Sin embargo, su proyecto más importante, Dead Star, o «Hellraiser en el espacio», como el propio Giger lo llamaba, estaba aún por llegar.

A finales de la década de los 80, el realizador William Malone (House of Haunted Hill, Creature) y H. R. Giger intentaron sacar adelante su propia y distorsionada versión de Alicia a Través del Espejo, de Lewis Carroll. The Mirror trataba sobre una raza de criaturas biomecanoides de otra dimensión capaces de viajar a través del espacio y el tiempo. Con su «espejo», intentan transportar a su distante futuro una mujer que se convierta en madre de toda una raza de híbridos de humanos y máquinas. Desgraciadamente, la productora Orion Pictures fue vendida y muchos de sus proyectos fueron descartados, The Mirror entre ellos.

Giger, Alien, cine, ilustración


Dead Star, viaje al infierno

Sin embargo, la colaboración entre Giger y el director norteamericano aún no había llegado a su fin. En 1991, William Malone comenzó a darle vueltas a una idea: ¿por qué no trasladar la premisa de la película Calma Total al espacio. El film de 1989 giraba en torno a una pareja (Sam Neill y Nicole Kidman) que viaja por el Pacífico en su yate. No obstante, las cosas se complican cuando recogen al único superviviente de un naufragio. La idea central de esta «Calma Total en el espacio» iba a consistir en un dispositivo alienígena —el Thanatron—, que funcionaba como un portal al mismísimo infierno.

Ambientada en el año 2239, Dead Star da comienzo cuando una nave, la Belerofonte, llega a un remoto planeta para recoger unos artefactos alienígenas encontrados en unas excavaciones. La cosa empeora cuando es subido a bordo un enorme ingenio llamado Thanatron, capaz de resucitar a los muertos y de trasladar a cualquiera al propio infierno sin necesidad de morir. El Thanatron, diseñado por H. R. Giger, funcionaba en los dos sentidos, por lo que los demonios también eran capaces de alcanzar nuestro mundo, lo que al final termina sucediendo.

Como es evidente, esta premisa nos recuerda películas como Hellraiser (1987) y sus cenobitas, o la posterior Horizonte Final (1997), película de Paul W. S. Anderson que recupera no pocas ideas de la descartada Dead Star. Curiosamente, Sam Neill figura en el reparto de Horizonte Final y Calma Total.

El guion de Dead Star rodó por las oficinas de Hollywood durante una década y, aunque todo el mundo pensaba que era una idea original, nadie se atrevió a meterle mano. Solo la productora Imperial Entertainment estuvo ligada oficialmente al proyecto. Según Malone, gran parte de las ideas vertidas en Dead Star se reciclaron en películas como Event Horizon o Supernova. El Fin del Universo (2000), en la que el realizador figura como coguionista. 

Lo que no se recicló fueron los diseños que H. R. Giger hizo para la película de Malone, ilustraciones que nos dan una idea de lo perturbadora que habría sido la cinta. Según Giger, Dead Star debía contar con escenarios monumentales, esculpidos detalladamente bajo la dirección del propio artista. La personificación del Diablo imaginada por Giger era un ser de varios rostros y grandes cuernos que se cubría con una capa compuesta por cubículos en los que moraban las almas. Otro de los diseños de Giger mostraba unas caras que no dejaban de abrirse en dos para revelar los grotescos rostros que yacían debajo.

Dead Star se presupuestó inicialmente en seis millones de dólares, aunque el propio H. R. Giger dudaba de que ese dinero alcanzara para crear los efectos especiales necesarios. William Malone estaba acostumbrado a hacer películas baratas, pero el artista suizo opinaba que no podían escatimarse recursos si querían plasmar adecuadamente la historia que tenían en mente. El ilustrador reconoció que, aunque recibió de Malone la suma de 10.000 francos suizos por los diseños de Dead Star, hizo el trabajo por la amistad que compartían desde que se conocieron en el rodaje de Alien, el Octavo Pasajero.

GIger, Alien, Dead Star, cine, ilustración, arte conceptual

Supernova, la heredera de Dead Star

El guion de Dead Star fue adquirido en 1997 por la productora Hammerhead Films, una compañía de efectos visuales que pretendía ampliar su actividad a la producción de largometrajes. La historia fue retocada con el fin de atraer a un gran estudio que lo financiara. Finalmente, la United Artists decidió que la película, retitulada Supernova, tenía potencial como blockbuster veraniego, con actores de primera fila —como Angela Bassett y James Spader— y un presupuesto de veinte millones de dólares que finalmente ascendería a noventa.

El guion de Supernova, en cambio, se alejó del terror y se acercó más a la ciencia ficción. En la película de Walter Hill (por cierto, coproductor y coguionista de la saga Alien), la tripulación de una nave médica del siglo XXII recibe una señal de socorro de una distante luna ubicada a miles de años luz de distancia. Uno de los individuos rescatados sube a bordo un objeto alienígena que parece contener en su interior materia exótica potencialmente capaz de destruir el propio universo. La trama recicla elementos de Dead Star, como el propio Thanatron, saltos dimensionales o el villano corrompido por la máquina extraterrestre.

El tortuoso camino de Supernova hacia su desastroso estreno

Supernova, al igual que Dead Star, tampoco estuvo exenta de problemas. Los pases de prueba resultaron ser un desastre, y los estudios MGM —propietarios de United Artists— prohibieron a Walter Hill seguir rodando. En consecuencia, Hill abandonó la película, exigiendo no ser acreditado como realizador. El guion de Malone parecía estar maldito... El tono oscuro que Hill había imprimido a la cinta no había gustado a los ejecutivos del estudio, asustados por el fracaso en taquilla de una producción similar de la Paramount: Horizonte Final (Event Horizon). Casualmente —o no—, Horizonte Final había sido promocionada como una especie de Hellraiser en el espacio. ¿Copió Paul W. S. Anderson parte de las ideas del guion original de Dead Star? Recordemos que el libreto había rodado por muchas manos antes de que la United Artists mostrara interés por él.

Walter Hill fue despedido, y en su lugar se contrató a Jack Sholder, director de la sobresaliente Hidden. Lo Oculto (1987). Este remontó la mayor parte de la película, eliminando escenas y añadiendo otras que había descartado Hill. La reacción del público en las proyecciones de prueba fue, sin embargo, mayoritariamente negativa. En consecuencia, la MGM volvió a recurrir a Walter Hill, quien solicitó 5 millones de dólares más para arreglar el estropicio de Sholder. Los estudios se negaron y, viendo que todo podía irse definitivamente al traste, intentaron convencer a Francis Ford Coppola —ya semirretirado— de que reeditara Supernova por el módico precio de un millón de dólares. ¿El resultado? Momentos tan extraños como la sustitución digital del rostro de dos actores en una escena íntima.

Dead Star, Giger, ilustración, arte conceptual, ciencia ficción, terror

El estreno de Supernova fue un fracaso. De un presupuesto de noventa millones de dólares, solo logró recaudar mundialmente apenas quince millones. El director finalmente fue Thomas Lee, un seudónimo que venía a reemplazar al clásico Alan Smithee, utilizado en numerosas producciones en las que el director no deseaba ser acreditado. Entre las películas dirigidas por Smithee destaca la versión extendida de Dune (1984) emitida en televisión e incluida en algunas de las ediciones en DVD.

La semilla de Dead Star germinó finalmente en películas como Horizonte Final o Supernova. De estas, la primera es la que ha logrado alcanzar el status de culto y, aunque no se basa directamente en el guion de Malone, es la que mejor ha sabido recrear lo que el realizador y H. R. Giger tenían en mente. ¿Veremos estrenarse algún día Dead Star? Hasta entonces, el proyecto aguardará su resurrección en el infierno del desarrollo, o development hell, como es conocido en la jerga del cine.

Fuentes: alienexplorations.blogspot.com, Rue Morgue, Imagi-Movies

Publicar un comentario

0 Comentarios