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Los Monstruos Olvidados de la Universal

Actualmente, Marvel y —con menor fortuna— DC parecen haber encontrado en los universos cinematográficos compartidos el secreto del éxito en taquilla. Cada una de estas compañías lo ha apostado todo por crear, mantener y hacer crecer una pléyade de películas y series cuyos personajes comparten un mismo universo. Hace casi cien años, la productora Universal Pictures creó, sin propornérselo, algo muy similar con sus películas de monstruos. Drácula, la Momia, el Hombre Invisible, el Monstruo de Frankenstein protagonizaron varios largometrajes que generaron secuelas, crossovers, spin-offs e incluso parodias, como las de Abbott y Costello. Sin embargo, entre las más de cuarenta películas de horror que la Universal produjo entre 1923 y 1960 desfilaron otros grotescos personajes menos conocidos. A ellos va dedicado este artículo.

Los Monstruos Olvidados de la Universal


GORILAS Y MUJERES MONO

Los simios son los desventurados protagonistas de varias de las películas de monstruos de la Universal. En El Doble Asesinato de la Calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, 1932), Bela Lugosi interpreta a un científico que secuestra prostitutas a las que le inyecta sangre de simio. El objetivo de tan macabro experimento es crear la perfecta pareja para Erik, su gorila parlante. La trama de El Monstruo y la Joven (The Monster and the Girl, 1941) gira en torno a una chica obligada a prostituirse —¡qué obsesión!— por unos mafiosos. Para colmo, estos inculpan a su hermano de un asesinato. Tras ser ejecutado, su cerebro es trasplantado al cuerpo de un gran simio, el cual ejecutará su venganza.

Los hombres mono —o mejor dicho, las mujeres mono— protagonizan la trilogía La Mujer Salvaje Cautiva (Captive Wild Woman, 1943); Jungle Woman (1944); y The Jungle Captive (1945). La premisa inicial era similar a la de la novela de H. G. Wells La Isla del Dr. Moreau. Paula Dupree era, en realidad, un simio que había sido empujado a evolucionar a la forma humana por un científico loco. No obstante, en ocasiones, el impulso animal resurge con fuerza —sobre todo frente a rivales amorosas—, lo que la convierte de nuevo en una bestia salvaje. Las dos primeras películas fueron protagonizadas por Aquanetta, una actriz muy popular en el Hollywood de aquellos años gracias a su exótico rostro y el misterio que rodeaba a sus orígenes.


ZOMBIES ELÉCTRICOS

El Hombre que Fabricaba Monstruos (Man-Made Monster, 1941) supuso el debut en la gran pantalla de Lon Chaney Jr., famoso actor recordado por su capacidad para encarnar a monstruos y personas con alguna deformidad. En esta película, Dan McCormick (Chaney), es el único superviviente de una accidente en el que un autobús choca contra una instalación eléctrica. A consecuencia de ello, descubre que es inmune a la electricidad, por lo que pronto caerá en las garras de un científico loco empeñado en crear un ejército de zombies eléctricos.

En El Poder Invisible (The Invisible Ray, 1936), vemos una premisa parecida. En este caso, el Dr. Janos (Boris Karloff), tras entrar en contacto con un meteorito, se convierte en un ser radiactivo que brilla en la oscuridad y que mata a todo ser vivo que se le acerque. 



MONSTRUOS FEMENINOS

Muchos creen que la moda de cambiar de género a personajes masculinos en series y películas es algo nuevo. Sin embargo, Universal Pictures ya lo puso en práctica para muchas de sus producciones de terror y misterio. El primer ejemplo lo tenemos en La Novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, 1935), con Elsa Lanchester en un papel dual: la pareja del monstruo y la propia Mary Shelley. Cómo no, en 1935 se estrena La Hija de Drácula, secuela del Drácula de Bela Lugosi de 1931.  

La fórmula de cambiar de género al monstruo protagonista se repite tras el éxito de El Hombre Invisible (The Invisible Man, 1933) y The Invisible Man Returns (1940). En 1940 se estrena La Mujer Invisible (The Invisible Woman), que se alejaba de sus predecesoras por su tono de comedia. El hombre lobo se vuelve mujer en La Loba Humana (She-Wolf of London, 1946), mientras que en La Mujer Serpiente (Cult of the Cobra, 1955) la actriz Faith Domergue se convertía en una mortífera cobra. En Matar para Vivir (The Leech Woman, 1960), la actriz Coleen Gray mataba a sus víctimas para extraerle la secreción de la glándula pineal, el secreto de la eterna juventud. Toda una sanguijuela.


ANIMALES MONSTRUOSOS

El advenimiento de la era atómica coincide con un cambio de tendencia en las producciones de horror y ciencia ficción de la Universal, con criaturas aún más extravagantes. En 1954 se estrena la excelente La Mujer y el Monstruo (Creature from the Black Lagoon). Sus dos secuelas llegaron los dos años posteriores. En ¡Tarántula! (1955), unas hormonas experimentales causan el crecimiento desmesurado de un arácnido que causará estragos en el desierto de Arizona. Atentos porque en esta película aparece un joven Clint Eastwood como piloto militar.

En Bajo el Signo de Ishtar (The Mole People, 1956), las populares teorías sobre una civilización subterránea perdida —como en la saga Pelúcidar de Edgar Rice Burroughs— se hacen realidad. Descendientes de los antiguos sumerios, esta civilización subterránea tiene como esclavos a unas criaturas mutantes —la gente topo— que emplean para cosechar los hongos que les sirven de alimento. El Monstruo Alado (The Deadly Mantis, 1957) surgió tras la estela del éxito de Godzilla (1954), solo que en este caso era un volcán, y no las explosiones nucleares, las que despiertan a un descomunal insecto.

Si en The Mole People se exploraban las teorías sobre la Tierra hueca, Tierra Desconocida (The Land Unknown, 1957) se apoyaba en otra no menos popular hipótesis: la existencia en los polos de regiones de clima templado. En esta película, una expedición queda atrapada en un mundo tropical enclavado en pleno continente antártico. Actores metidos en disfraces de saurios, reptiles reales retroproyectados y mucho matte painting son los principales elementos de esta serie B que, sin embargo, tiene un encanto especial.

Finalizamos esta selección de monstruos olvidados de la Universal con Los Monstruos de Piedra (The Monolith Monsters), película de 1957 con una extraña premisa. Tras impactar en el desierto californiano, un meteorito se rompe en miles de fragmentos que, al contacto con la humedad, crecen desmesuradamente. Para colmo, estos minerales alienígenas comienzan a petrificar a los lugareños. 

Películas como Drácula: La Leyenda Jamás Contada (2014), La Momia (2017), con Tom Cruise, o El Hombre Invisible (2020) han sido intentos de revivir a los monstruos clásicos de la Universal. Sin embargo, parece que estas propuestas no han logrado cuajar entre el público, lo que ha impedido que se pongan en marcha nuevas versiones de estas fascinantes criaturas. Sin embargo, teniendo en cuenta el actual panorama cinematográfico, mejor será dejar descansar en sus tumbas a los monstruos de la Universal, al menos hasta que lleguen tiempos más propicios para la originalidad y las modas pasajeras.

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