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HANNA-BARBERA: 5 COSAS QUE NO SABIAS DE LOS DIBUJOS DE TU INFANCIA

Si pasáis de los 30 seguramente recordaréis con cariño los dibujos animados de Hanna-Barbera. Eran omnipresentes en los años 70 y 80 en nuestros televisores, y dado que hasta 1989 no supimos aquí en España lo que era tener más de dos canales (salvo los autonómicos), todos nos comimos el bocata con Maguila el Gorila y demás animales de diseño similar. Aunque hasta siendo niños nos dábamos cuenta de que los fondos eran siempre los mismos (¿cuántas veces pasaba el mismo jarrón en una carrera?) tenían algo adictivo que nos hacía quedarnos pegados a la pantalla cada vez que aparecían. Como quiero recomendaros el libro Hanna-Barbera: La Animación en Serie, que acabo de leer, de una forma mucho más amena de lo habitual, he pensado que esta lista sería mejor que la clásica reseña. Empezamos.

Hanna-Barbera: La Animación en Serie

HANNA-BARBERA, ¿QUIÉN ERA QUIEN?

William Hanna y Joseph Barbera se conocieron trabajando para la Metro. Las circunstancias les llevaron a establecerse por su cuenta y centrarse en las series animadas televisivas. Hanna era bueno con los diálogos dinámicos y divertidos, y Barbera con los dibujos efectivos... y baratitos, algo que exigía el mercado imperiosamente. La verdad es que sus personalidades eran bastante opuestas, y casi no compartieron nada de su vida personal. Sin embargo, en el trabajo formaban un equipo fabuloso. Frente a la hegemonía de Disney, tan perfeccionista como preciosista, la cual ya tenía su rincón en la televisión, surgieron estos dibujos animados de batalla, con fondos repetidos, personajes sospechosamente parecidos y guiones casi intercambiables, pero tan adictivos como la comida rápida. 

DON GATO SÓLO TUVO UNA TEMPORADA

Pues sí. Uno de los pillos más recordados de la televisión, Don Gato (Top Cat) junto a sus amigos, Benito, Demóstenes... y el policía Matute no se congració con la audiencia como merecía y no tuvieron una larga vida. Sin embargo, las continuas reposiciones hicieron de ellos un clásico, como suele ocurrir cuando un producto se adelanta a su tiempo y llega su momento. De hecho, gracias al magistral doblaje latino, en México triunfó de tal manera que una productora de aquel país, Ánima Estudios y otra Argentina, Illusion Estudios, se hicieron con los derechos de los personajes e hicieron un largometraje que tuvo bastante éxito: Don Gato y Su Pandilla.

Don Gato y su Pandilla

LOS PICAPIEDRA FUERON LA PRIMERA SIT-COM ANIMADA PARA ADULTOS

La mercadotecnia no nació ayer. De hecho, Los Picapiedra eran patrocinados por una marca de laboratorios que esperaba subir las ventas de vitaminas aprovechando los nombres de los protagonistas... que por supuesto no necesitáis que os nombre. La representación animada de dos familias americanas en la edad de piedra arrasó en audiencia y fueron todo un fenómeno social. Se emitió en horario para adultos, a las 7:30 horas de la tarde de los viernes y fue todo un acierto dirigir sus guiones por primera vez a un público que no era el infantil. Duró 6 temporadas, pero las posteriores resucitaciones y spin-offs de la serie (Capitán Cavernícola, Pebbles y Bamm Bamm montando un grupo de rock...) no recuperaron nunca la magia ni la calidad original... y de las películas de imagen real ni hablamos.

EL PARQUE DEL OSO YOGUI ES JELLYSTONE, NO YELLOWSTONE

Seguramente habéis oído en muchas ocasiones referirse al parque nacional de Yellowstone como el hogar del Oso Yogui. Yo lo he oído hasta en un telediario. Pues no es verdad. El parque de Yogui es Jellystone, un nombre ficticio, aunque obviamente inspirado en el muy real parque de Yellowstone. A pesar de que Hanna-Barbera tenía dibujos de más calidad en todos los sentidos, el Oso Yogui fue uno de sus mayores éxitos a pesar de contar solo con dos temporadas, y se hizo tan popular que parques nacionales lo adoptaron como mascota. También su continuación cinematográfica, tanto animada como en imagen real, aunque ésta última es mejor olvidarla por aquello de la salud mental.

LOS AUTOS LOCOS SE INSPIRABA EN LA CARRERA DEL SIGLO

El cine era una gran fuente de inspiración para Hanna-Barbera. Es el caso de Los Autos Locos. Ya en 1968 tocaba dejar atrás las múltiples series con capítulos autoconclusivos de 7 minutos como Maguila el Gorila, La Hormiga Atómica, El Lagarto Juancho o Leoncio y Tristón. Así que comenzaron Los Autos Locos, con una serie de disparatados personajes como Pierrenodoyuna y Patán y autos inolvidables como El Rocomóvil, El Superferrari o The Compact Pussicat, conducido por Penélope Glamour. La inacabable carrera donde sospechosamente las montañas se parecían mucho unas a otras, fue otro bombazo para Hanna-Barbera, a pesar de que casi es difícil distinguir un episodio de otro.


Si queréis volver a revivir aquellos dibujos tan especiales de una manera amena pero que no le falte información, os recomiendo este libro. Es impresionante saber la cantidad de series que llegaron a realizar, y cómo se les ha imitado hasta la saciedad. Aciertos, errores y apuestas que han definido sin lugar a dudas los dibujos animados que ven hoy nuestros hijos. 

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