Shock 2: Cuentos de Horror, de Richard Matheson. Reseña

Seguimos leyendo y analizando la recopilación de cuentos cortos de Richard Matheson que nos ofrece a Ediciones Gigamesh dentro de su colección Omnium. Con Shock 2: Cuentos de Horror ponemos punto y final a la lectura de los cuatro tomos que la editorial catalana ha rescatado tras largo tiempo descatalogados. Los relatos cuentan con una nueva traducción, más acorde al lenguaje moderno pero sin desvirtuar la obra del autor de Soy Leyenda. Recopilado bajo el título de Cuentos de Horror, nos adentramos en una variada selección de historias que, curiosamente, no todas llevan ese sello. Empezamos.

LAS HISTORIAS DE SHOCK 2: CUENTOS DE HORROR

Como ya hemos anticipado en la introducción, no todas las historias pueden definirse como terroríficas. Es el caso de la primera que nos encontramos. Fanfarria de Meretrices (A Flourish of Strumpets) es una divertida ocurrencia sobre la convivencia matrimonial y la divertida guerra de sexos. Preocupa mucho la certeza de saber que algo así sería impublicable hoy día. La historia se publicó por primera vez en el número de noviembre de 1956 de la revista Playboy.

Hermano de las Máquinas (Brother to the Machine, 1952) es una visión futurista sobre la inevitable aparición de robots humanoides que ya estamos palpando. Aunque como suele ocurrir, será bien distinto a como nos indicaban los escritores de ciencia ficción, incluido Matheson. Los Vampiros No Existen (No Such Thing As a Vampire, 1959) destaca doblemente, primero porque sí es de terror, y después porque en mi opinión es de los mejores relatos del libro. Muy recomendable. La historia fue adaptada en Dead of Night (1977), una de las muchas producciones de terror para televisión que se hicieron en los 70.

Descenso  (Descent, 1954) es otra muestra de como los apocalipsis de unas épocas son las bendiciones de otras. Otra historia sobre la superpoblación que, leída en tiempos de escasa natalidad, nos recuerda lo poco que suelen acertar los presagios futuristas. No es la mejor historia del libro. En cambio, Fecha de Caducidad (Deadline, 1959) sería un perfecto guion para la Dimensión Desconocida (The Twilight Zone). Lo tiene todo para enganchar y gustar: simple y con un giro final sorprendente. 

Descenso, Richard Matheson - Worlds of If (mayo 1954)

El Hombre que Creó el Mundo (The Man Who Made the World, 1954) también parece ideal para la serie creada de Rod Serling, por su brevedad y desarrollarse prácticamente en solo un escenario. Ajuste de Cuentas (Day of Reckoning, 1960) es especialmente duro y terrorífico, y al abarcar ámbitos familiares, puede resultar especialmente desagradable. La Estampa de Julie (The Likeness of Julie, 1962), escrito bajo el seudónimo de Logan Swanson, es también de un tono sensual y sexual algo subido. Fue la base para el primero de los segmentos de la tv movie de 1975 Trilogy of Terror.

Regresamos a los primeros relatos de Richard Matheson con Lázaro II (Lazurus II, 1953). Este se basa de nuevo en el ámbito familiar y cómo la naturaleza de sus relaciones nos define. Una Gran Sorpresa (Big Surprise, 1959), trasladada a la televisión en la serie de terror antológica Galería Nocturna (1979-1973), produce precisamente esa sensación al final de la misma, al igual que la siguiente, Grillos  (Crickets, 1960). Mutismo (Mute, 1962) es la historia más larga y compleja del libro, es lo que los anglosajones denominan novelette. En ella, Matheson explora temas paranormales como la telepatía. El relato fue la base para el quinto episodio de la cuarta temporada de The Twilight Zone. El volumen finaliza con Desde Lugares Sombríos (From Shadowed Places, 1960), otro relato largo (o novela corta) que abunda en temas como la brujería y el vudú.

Tenemos en Shock 2: Cuentos de Horror , por tanto, lo que buscamos los fans de Richard Matheson. No decepcionará en absoluto a sus lectores, que son legión. En este libro encontrarás la habitual variedad temática propia de las antologías de Matheson. La prueba es que si bien algunas historias sí entran dentro del terror, no todas lo hacen, como también sucede en el resto de la colección publicada por Gigamesh: Shock 1, Shock 3 y Ondas de Shock, también reseñados aquí.