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Batman: Gotham by Gaslight (Batman: Gotham a Luz de Gas), La Crítica

Por fin hemos podido ver la primera película animada de Batman basada en un cómic clasificado como Otros Mundos, en concreto Batman: Gotham a Luz de Gas, guionizado por Brian Augustyn y dibujado por Mike Mignola.  La historia en la que se basa es bastante breve,  tal y como ocurrió con La Broma Asesina. Por qué hacen estas elecciones teniendo ingentes cantidades de cómics para elegir es un misterio. De todas formas, poco importa en este caso, ya que prácticamente no tiene nada que ver la película con el cómic. Salvo el disfraz y la época, nada en común hay entre ellas. Como suele ser habitual, Sam Liu está al mando de la dirección de la película. ¿Merece la pena esta producción? 

Batman: Gotham by Gaslight (Batman: Gotham a Luz de Gas)

Por un lado, me parece interesante que de vez en cuando nos ofrezcan este tipo de productos, siempre y cuando no abandonen las películas animadas que van siguiendo una cierta continuidad. Estamos en el siglo XIX, en una Gotham que ya se va asomando al siglo XX, pero que ha importado para la ocasión el más famoso criminal de todos los tiempos, Jack el Destripador. La historia nos presenta a esta visión de Gotham como un lugar donde hay miseria y prostitución y, sin necesidad de mostrar escenas escabrosas, lo plasman abiertamente.

Poco a poco, vamos viendo interactuar a los distintos integrantes de la historia, donde no faltan villanos y amigos de un joven Bruce Wayne, como Hugo Strange, Leslie Thompkins, Selina Kyle o el Comisario Gordon. Wayne es aquí un conocido millonario y joven filántropo que no duda en gastar su fortuna en ayudar a los más necesitados y en llevar a Gotham hacia un futuro luminoso. Selina Kyle es una actriz de variedades que viene del circo. Es curioso como el origen del primer Robin, Dick Grayson, se le otorga en este caso a Selina, pero con un toque felino. En cuanto a los Robins, no es que no aparezcan, pero lo hacen más a modo de cameo, ya que no aportan gran cosa. Si es un guiño para los fans, puede valer, pero si no hubieran aparecido no se les habría echado de menos.

LA QUÍMICA ENTRE BRUCE WAYNE Y SELINA ES ATEMPORAL

El Batman que vemos en esta época, aunque adapta adecuadamente en su aspecto y gadgets el tiempo que representa, resulta más reconocible en sus principios y forma de actuar que en muchos cómics que he leído. Estéticamente parece beber de los diseños de la celebérrima serie animada de Batman de los años 90 y, por tanto, cumple estupendamente. Los personajes que aparecen, todos ellos muy reconocibles para los seguidores de la mitología de Batman, están bien diseñados. No siempre ocupan el puesto que les asignamos, y es parte de las sorpresas de la película. La interacción y los diálogos entre ellos están muy bien llevados y es de lo más destacado de la película.

En cuanto a la ciudad, ofrecen una Gotham que en muchos aspectos recuerda a lo que solemos relacionar con Londres en esos años de Jack el Destripador. Se han cuidado mucho los escenarios, que son variados y nos dan una idea de una Gotham que se aleja todavía de los grandes rascacielos y donde el medio de transporte son las carrozas de caballos. El cómic no tiene esta variedad de lugares, es mucho más austero y se desarrolla en lugares totalmente diferentes.

LOS GADGETS SIGUEN SIENDO IMPRESCINDIBLES PARA BATMAN HACE DOS SIGLOS

La historia se sigue con interés, pero no hay grandes sobresaltos ni luchas encarnizadas. El desarrollo de la relación entre Bruce y Selina es muy natural y creíble. No por ello faltan escenas de acción, bastante bien hechas, entre el vigilante Batman y el peligroso Jack, sin olvidarnos de cierta felina que no es de las que se quedan quietas. La investigación que realiza Batman para atrapar al peligroso asesino esta bien trazada, y es divertido ver el sustituto de la batcueva. Al no haber ordenadores, batmóviles ni los trastos tecnológicos impensables en esos tiempos, el habitáculo pierde espectacularidad. Luz de Gas resulta por tanto entretenida y agradable de ver, siendo un soplo de aire fresco bastante interesante. 

Entiendo que todos estamos deseando tener entre las manos a otra Bajo la Capucha, pero me temo que si ese es el modelo, la cinta no cumple esas expectativas. No es esta una historia de excesos ni de grandes emociones, aunque sí tiene momentos bastante duros.  En resumen, es tan disfrutable tanto por el continente como por el contenido. Si debo elegir entre la película y el cómic, gana la película por goleada. El final del cómic me parece absurdo, mientras que éste tiene más lógica y cierto positivismo.

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