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VIDEODROME, OTRO REBOOT INNECESARIO EN PREPARACION

Videodrome, el film de David Cronenberg de 1983, es otra de esas piezas de culto del cine de ciencia ficción que nadie debería tocar, una especie de tótem sagrado que no admite revisiones, relanzamientos ni reboots. Desgraciadamente, la fiebre de los estudios por no respetar los clásicos del cine y convertirlos en burdas sombras de lo que son también
ha alcanzado la cinta del realizador canadiense. 

El argumento de la película gira en torno a Max Renn (James Woods), dueño de una emisora de cable, el cual capta una transmisión de lo que parece ser una sesión de tortura real. Renn descubre que esta transmisión forma parte de algo llamado Videodrome, una especie de experimento que permite alterar el cerebro de los espectadores por medio de la señal de televisión.

CRONENBERG "METIENDO MANO" A JAMES WOODS EN EL RODAJE DE VIDEODROME

La Universal, distribuidora de la cinta original, planea un remake de Videodrome, y para ello ha elegido a un director absolutamente novato como es Adam Berg (solo cuenta con unos cuantos anuncios en su currículum) para llevarlo a cabo. El guión ha sido encargado a Ehren Kruger, que ha escrito los guiones de películas tan interesantes e inteligentes como Transformers 3: El Lado Oscuro de la LunaTransformers: La Venganza de los CaídosEl Secreto de los Hermanos Grimm (una de las peores cintas de Terry Gilliam) o Infiltrado, otra pobre adaptación de la obra de Philip K. Dick.

Tenemos ejemplos de realizadores novatos que han sido capaces de dirigir películas estimables como ha sido recientemente el caso de La Cosa, la secuela del film de John Carpenter que pasó con más pena que gloria el pasado año pero que no se merecía la poca repercusión que tuvo en taquilla. Tenemos casos de directores que han saltado del mundo de la publicidad o del videoclip a la gran pantalla con resultados estupendos, como ya hicieran en su momento Ridley Scott o David Fincher. En sí, la decisión de encargar un film de gran presupuesto a un novato, aunque arriesgada, no es algo censurable: todo el mundo merece su oportunidad. Lo malo es echar mano de clásicos del cine para exprimirlos ya sea en forma de remakes, reboots, continuaciones, precuelas, reinterpretaciones, parodias y todo lo que se les ocurra.


La racha de reboots y remakes aborrecibles que sufrimos últimamente (Sombras Tenebrosas, Noche de Miedo, Total Recall...) está lejos de acabar. La falta de ideas y de querer arriesgarse con algo original ha convertido lo que en su día se conoció como una fábrica de sueños en un páramo desprovisto de imaginación. La televisión parece haber tomado el relevo de Hollywood en divertirnos y hacernos soñar. El Videodrome imaginado por Cronenberg en 1983 se ha convertido en Cinedrome, un medio donde casi todo lo que ves está encaminado a perturbar, aburrir e indignar.

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