MEGABANNER

TERMINATOR: GENESIS. LA CRITICA (SIN SPOILERS)

Tras una larga ristra de problemas legales, los derechos de la franquicia Terminator recayeron finalmente en 2011 en Annapurna Pictures, una compañía que, junto a Skydance Pictures y Paramount Pictures pusieron en marcha la quinta entrega de la saga. En estos cuatro años, la lista de actores y directores encargados de continuar la historia iniciada por James Cameron en 1984 también ha sido larga, lo que dio que pensar en su momento que el resultado final que veríamos en pantalla iba a distar mucho, en cuanto a calidad artística e interés, de anteriores entregas de la saga. Pues bien, el resultado no ha sido malo, y si bien Terminator: Génesis no es un film redondo (ya entraremos en sus múltiples fallos mas abajo) no es la película abominable que describen ciertas críticas.


Es el año 2029. La guerra contra las máquinas puede estar llegando a su final con la ofensiva humana que prepara John Connor (Jason Clarke) y su mano derecha, Kyle Reese (Jai Courtney). Aunque Skynet es derrotado, la inteligencia artificial consigue enviar un Terminator al pasado para eliminar a Sarah Connor (Emilia Clarke), madre del líder de la resistencia. Tras el es enviado Reese, con la misión de acabar con dicho Terminator y evitar que el futuro que el conoce cambie radicalmente y triunfen finalmente las máquinas. Sin embargo, la Sarah Connor que Reese encuentra en 1984 es muy distinta a la que el esperaba. Su sorpresa es aun mayor cuando descubre quien ha estado protegiendo y entrenando todos estos años a Sarah, un viejo modelo T-800 reprogramado, encarnado por Arnold Schwarzenegger.

Este es el punto de partida de una película que pretende, como parece que es la norma en los últimos reboots de grandes franquicias, reiniciar una saga integrando lo contado en previas entregas con una línea argumental y personajes nuevos en su mayoría. En este caso, el único actor que repite de entregas anteriores es Schwarzenegger, dado que su presencia, aunque bastante avejentado, aun retiene la presencia y fuerza necesaria para ligar la nueva historia a entregas anteriores. 


Los otros dos co-protagonistas, Jai Courtney (Spartacus, Suicide Squad) y Emilia Clarke (Juego de Tronos), aunque en teoría deberían haber llevado el peso de la película, no lo hacen, siendo el actor austriaco-norteamericano el que realmente se lleva todo el protagonismo. Ni Courtney ni Clarke, y aquí entramos en los fallos de la película, son capaces de soportar el peso del film que dirige Alan Taylor (Thor: El Mundo Oscuro). Sin querer hacer demasiada sangre hablando de la capacidad actoral de Courtney, creo que es la peor elección que se podría haber hecho para el papel de Kyle Reese. En nada se parece Courtney a aquel Michael Biehn que vimos en la primera Terminator, y aunque es ridículo pensar que iban a elegir a alguien parecido a este último actor para el papel de Kyle Reese, hay en Hollywood infinidad de intérpretes que lo hubieran hecho mucho mejor. Como nota curiosa, para el papel de Reese sonaron nombres como los de Garrett Hedlund, Tom Hardy, Taylor Kitsch o Nicholas Hoult. Cualquiera de ellos lo habría hecho mejor que Courtney.

Por otro lado tenemos a Emilia Clarke, la cual interpreta a una luchadora y nada frágil Sarah Connor. No ignoro el motivo por el cual ha sido elegida la actriz británica para el papel: su retrato de Daenerys Targaryen en Juego de Tronos sin duda ha sido la causa de ello. Sin embargo, y aunque la chica lo intenta, no logra transmitir la sensación de que estemos ante el personaje que tan bien encarnó Linda Hamilton en las dos primeras películas. A Clarke le falta garra para el papel, y si a ello le sumamos la nula química con Jai Courtney, vemos como al film le falta uno de sus pilares fundamentales: una pareja protagonista potente y con química.


Mientras que Courtney y Clarke fallan en sus respectivos papeles, Schwarzenegger vuelve a bordarlo como Terminator amable y protector. En realidad, el veterano actor tan solo ha tenido que volver a interpretar el mismo papel que hizo en Terminator 2: El Juicio Final, solo que esta vez su protegido no es un John Connor adolescente, sino su madre, Sarah. A pesar de la edad, Schwarzenegger sigue dominando el papel que le encumbró a la fama, y aunque es obvio que en muchas escenas de acción ha sido reemplazado por un doble de acción (y por CGI), su presencia en la película es uno de sus puntos fuertes.

El personaje de Jason Clarke cuenta con la desventaja que, desde un principio, sabemos que es el villano de la película, por lo que el factor sorpresa no existe. El protagonista de El Amanecer de el Planeta de los Simios hace un buen trabajo como villano del film, algo sobreactuado, eso si. El otro villano, Skynet, está bastante desaprovechado en mi opinión. Quien debiera tener mas presencia en la película ve reducida sus apariciones a una escena en el inicio y a unos hologramas en el final de la película. No desvelaré aquí quien interpreta físicamente a Skynet, aunque a estas alturas muchos ya lo sabréis. 


En cuanto a la historia en si, los guionistas han intentado, con mayor o menor fortuna, crear algo inédito en la franquicia, y son las realidades alternativas. De hecho, toda la historia se basa en la premisa según la cual Sarah Connor fue atacada por un Terminator a los 9 años de edad, siendo salvada por El Abuelo, otro robot reprogramado por la resistencia humana del futuro y al que da vida Arnold Schwarzenegger. Se crea así una línea temporal alternativa distinta a la que Reese espera encontrar cuando vuelve al pasado a proteger a la que será su madre. La película, aunque finalmente da la sensación de que es una historia autocontenida a la que no le hace falta continuación, establece ciertos elementos que, obviamente se desarrollarán en entregas posteriores, como es la incógnita de quien envió los dos Terminators cuando Sarah era una niña. También está por ver como y cuando será concebido John Connor, una figura esencial para la resistencia contra las máquinas, un suceso que no aparece en la película (¿debido quizás a la poca química entre la pareja protagonista?).

Terminator: Génesis es una digna secuela de la saga original que replantea la línea temporal que ya conocíamos en otras que expanden las posibilidades de la franquicia. Si dejamos de lado un análisis concienzudo del nudo temporal de la historia, la película no está mal, y no es nada complicada de seguir. Lejos de la genialidad de otros films de viajes en el tiempo como Regreso al Futuro, Terminator: Génesis logra empalmar con las películas anteriores de manera mas o menos lograda. Los efectos visuales, aun sin aportar ninguna novedad (T2 si que revolucionó el mundo de los efectos visuales en su día), están a la altura de lo que esperamos ver en un film de Terminator, aunque he echado un poco de menos ver en acción a mas tipos de robots (hay mas de 20 modelos, que puedes conocer aquí). 


En definitiva, Terminator: Génesis es un film recomendable, solo ensombrecido por una pareja protagonista con poca garra y nula química, acompañados, eso si, por un veterano (que no obsoleto, como diría su personaje) Arnold Schwarzenegger. Y mientras hay varias pegas que se le pueden poner a sus líneas temporales y al desvaído villano principal (ya podrían haber elegido otra amenaza para la humanidad mas creíble que un programa que elige la música y la temperatura de casa por ti), el film de Alan Taylor logra lo principal en estos casos: no aburrir en ningún momento.

Publicar un comentario

0 Comentarios