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ELEMENTARY, EPISODIO PILOTO 1X01. LA CRITICA

Ya hemos podido ver la versión americana de Sherlock, llamada Elementary. En ella, Jonny Lee Miller interpreta a un británico Sherlock Holmes (al menos no es de Brooklyn, ya puestos a profanar...) y Lucy Liu a una feminizada Jane Watson. Según nos cuentan, este Sherlock se ha escapado de un centro de enfermos mentales en el que estaba recluido por
orden de su padre debido a su adicción a las drogas. Jane tendrá que vigilarle durante 6 semanas para comprobar que no recae. Sí recaerá Sherlock en otro de sus vicios, servir de colaborador altruista para ayudar a la policía a resolver los casos. Watson se verá fascinada por el misterio que envuelve a Sherlock y su increible (pero que muy increible) capacidad de deducción.

QUIEN LE IBA A DECIR A CONAN DOYLE QUE LE SEGUIRÍAN COPIANDO EN EL SIGLO XXI
Se acerca la temporada de trufas y, al menos en lo que respecta a los estrenos televisivos, se prevee muy abundante. Lo más irritante de este procedimental que no aporta absolutamente nada, no es ni que Watson sea una mujer, ni que se desarrolle en Nueva York, ni que nos quieran contar que Sherlock en el fondo sufre porque está solo. Lo peor de todo es la forma en que pretenten tomar el pelo al espectador. Que los procedimentales tengan que presentar casos enrevesados para entretener es inevitable, pero todo tiene un límite. Si la mujer se ha teñido el pelo o se ha operado estéticamente, eso es clave en el caso, porque antes estaba mas guapa. Si hay arroz en el frigo, también porque es un secante. Watson ha dejado su carrera médica porque un paciente se le murió, porque es rarísimo que a un cirujano se le muera un paciente. Montones de supuestas deducciones a cual más traída por los pelos, retorcida e inverosímil. Esto es el efecto Indiana Jones. Si lo ves que en el último segundo coge su sombrero antes de que caiga el muro sobre él, dices "¡Uy, qué valiente el tío, por poco!". Pero si lo ves que se mete en un frigo, le explota una bomba atómica y volando cae en la furgoneta que lo estaba esperando, te dan ganas de atizar a Spielberg por reirse de ti y tu infancia. 

A NOSOTROS NO NOS MIRÉIS, QUE ESTÁ LA COSA MUY MALITA. AL PRODUCTOR, QUE VA A LO FÁCIL.
Esta serie sería Indiana Jones y La Calavera de Cristal, pero sin trilogía anterior para perdonarle la vida. Un crimen en sí misma. Nos da la imagen de Sherlock Holmes que tendría alguien que nunca lo ha leído, sino que tiene la imagen que se recibe de él a través de los medios. Teniendo en cuenta que se llama Elemental, y que esa es una palabra que jamás dice Sherlock, es muy probable. El verdadero Sherlock, que yo sí que me lo he leído, sufre con sus victimas y las injusticias. Este acosa a una víctima por información. El verdadero se rie, se divierte y es ocurrente, pero este va de atormentado. Los casos pueden ser deducidos mientras los lees, no son galimatías extraños, sino circunstancias creíbles, con interés, que suelen tener la explicación mas sencilla porque así es la realidad. Otras veces, te sorprenden, pero de una forma respetuosa con el lector. Qué fácil era coger montones de historias de los libros, no ya con asesinatos, algo imprescindible por lo que parece, y trasladarlas al día de hoy. Miller hace lo que puede interpretando a un excéntrico, y Lucy Liu siguen siendo una actriz de aspecto antipático y gesto serio. No digo que no tengan cierta química como pareja, digo que me dan igual. Allá ellos y sus respectivos traumas trillados y políticamente correctos. Sobre los aspectos técnicos no se les puede poner una pega, el problema de este piloto no está ahí.  

¿POR QUÉ HAY QUE PONERLE VIDA SEXUAL A SHERLOCK, SI NO LA TENÍA?
En fin, que si sois adictos a los procedimentales y os da igual lo que os echen, pues paraos a verla. Pero parafraseando al Holmes de los libros, vistos mil casos, fácil es averiguar el mil uno. Yo para procedimental, prefiero el disparate de Perception, que al menos no tiene la arrogancia de coger un nombre como el de Sherlock Holmes para no hacerle honor. Todo lo que no me aporta nada, ocupa un lugar en mi cabeza que es necesario para lo que si me aporta. Hasta nunca.

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