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Avatar: El Sentido del Agua. La Crítica

Avatar: El Camino del Agua

Avatar: El Sentido del Agua es la esperada continuación de la película que revolucionó en 2009 el mundo de los efectos especiales cinematográficos. Planteada como la primera de cuatro secuelas, Avatar 2 no defrauda en lo que respecta a lo visual. De hecho, supera tangiblemente los increíbles logros visuales de la primera película. Pero ¿realmente está a la altura en los demás aspectos, como guion, dirección actores, etc.? Estas son nuestras impresiones tras ver la película.

¿ES AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA UNA PELÍCULA «WOKE»?

Uno de los mayores miedos de quienes esperaban con ganas la secuela de Avatar, y más tras las extrañas declaraciones de James Cameron acerca de la testosterona, era que la película fuera woke. Con esto, nos referimos a que la narrativa estuviera sometida a sermonearnos acerca de lo que debemos pensar sobre esto o lo otro, y no a contar una buena historia. Afortunadamente, vista la película, Avatar 2 no es una película woke. Es una película con un tono ecologista bien llevada, tal y como lo era la primera. Así que no son ciertas las acusaciones que vierten sobre ella determinadas webs y youtubers, incluso sin haberla visto, de fomentar algo más que amar la Naturaleza, respetarla y fomentar el equilibrio de nuestro ecosistema. No hay extremismo alguno en la película, más allá de un malo muy malo y unos buenos que solo quieren vivir en paz. Un sello por otro lado muy de James Cameron.

¿ES UN PROBLEMA QUE AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA DURE 3 HORAS?

En absoluto. La película se disfruta desde el principio hasta el final. Estamos ante un guion sencillo, pero efectivo. Cameron nos ha devuelto eso que se llama dirigir una película. Los personajes resultan tremendamente expresivos a su modo, y se nos retrata bastante bien la dinámica de una familia de cuatro hijos... aunque sean de un planeta muy lejano. Tiene gracia que sea una familia extraterrestre de una película de ciencia ficción la que me recuerde a los adolescentes y niños que veo por la calle o en mi familia, y no la gran mayoría de sofisticadas series actuales. 

No me parecen tampoco justas las acusaciones de que Avatar: El Sentido del Agua sea como ver los documentales de Richard Attenborough. Yo los veo y esto es otra cosa. La belleza de Pandora es inagotable, por mar, tierra y aire. Es un continuo espectáculo donde es imposible encontrar el menor fallo. El mítico perfeccionismo de James Cameron se vuelve a mostrar para delicia de los espectadores exigentes. Esta película es de las que merece un segundo visionado, donde seguro se aprecian detalles no vistos en el primero. 


LOS EFECTOS VISUALES DE AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA

Desde que James Cameron anunció las dos primeras secuelas de Avatar allá por 2010, los efectos especiales y los gráficos generados por ordenador (CGI) han dado un salto exponencial. A pesar del estreno de Avengers: Endgame o Aquaman, en las que los efectos visuales destacan sobre el del resto de producciones, Avatar: El Sentido del Agua sorprende. Y mucho. Lejos de parecer un videojuego, uno cree que Pandora existe y que esta película se ha rodado allí con actores nativos. Se nota la mejora respecto a la primera, que ya estaba muy bien. 

James Cameron y su equipo brindan al espectador un viaje a un planeta distante con las suficientes similitudes con el nuestro como para parecer plausible. La fauna, la flora, los Na'vi, todo tienen un punto familiar y reconocible, lo que aumenta su veracidad. La captura de movimiento de los Na'vi y los recombinantes —el coronel Miles y su equipo de marines— es de una fluidez pasmosa. Hasta el mínimo detalle, como el agua escurriendo por los rostros de los protagonistas, está perfectamente definido.

Tiendo a pensar que la poca calidad del CGI que hemos visto en películas y series recientes, como She-Hulk: Abogada Hulka, se debe a recortes presupuestarios y el endemoniado ritmo de trabajo al que son sometidas las empresas de efectos visuales, y no a una involución de esta tecnología. Como resultado de la evolución del CGI, y conociendo la meticulosidad con la que Cameron planifica sus películas, Avatar: El Sentido del Agua es un espectáculo visual inmersivo a todos los niveles.

Salvo algún momento puntual, todo en esta película es asombroso. Y no solo cómo vemos las profundidades del mar. Las criaturas del océano de Pandora son maravillosas, y los escenarios que aparecen rezuman presupuesto y espectacularidad por todas partes. James Cameron es un gran experto en el mundo submarino, y mucho de lo que muestra tiene más ciencia de lo que pueda parecer. El patético mundo submarino de Black Panther: Wakanda Forever parece una triste alcantarilla ante esto. Las batallas en Avatar 2 son completamente inmersivas —en sus dos sentidos—, rodadas a la perfección usando la cámara lenta cuando procede, y sin utilizar trucos para escatimar costes. Son de las que se te quedan en la cabeza y quieres volver a ver. El director consigue un tono equilibrado, y evita mostrar demasiada crueldad en una película que sabe verán muchos niños. No la he visto en 3D, pero creo firmemente que quienes relatan que es una experiencia única tienen razón. 

Tanta perfección alcanzan los efectos visuales de Avatar: El Sentido del Agua que el espectador, tras solo unos minutos, olvida que sus protagonistas no existen realmente y que el mundo que tienen ante sus ojos no es más que ceros y unos en un ordenador. Quizás donde más cojea el CGI es en las expresiones faciales de los Na'vi, unos seres casi con la mitad del rostro ocupado por dos grandes ojos gatunos. No hay, por tanto, mucho espacio para las mismos gestos que los humanos somos capaces de articular.

AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA, UNA CELEBRACIÓN DEL CINE FAMILIAR

Avatar: El Sentido del Agua es la recuperación del cine clásico de aventuras. Con esta película, nos volvemos a reencontrar con el cine épico, emocional y de aventuras familiares. Un cine lleno de familias completas —en mi sala había algún bebé— que vuelven a los cines a aplaudir el sorprendente final. Personajes que funcionan, sin ser la gran revolución, logran conectar muy bien con el espectador. Ojalá sirva para revitalizar las recaudaciones y podamos seguir disfrutando de las salas de cine como el espectáculo inigualable que es. El 94% de aprobación del público en el portal de críticas Rotten Tomatoes parece confirmar que James Cameron ha logrado hacerse de nuevo con  el favor del público.

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2 Comentarios

  1. Respuestas
    1. Sí, además se aparta de la tendencia imperante en el cine actual de minusvalorar la familia, lo que es de agradecer. Gracias por comentar.

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