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Mama. La Crítica

Guillermo del Toro se caracteriza por no tener normalmente mal ojo para sus apadrinamientos, es decir, con las películas en las que solo ejerce como productor o impulsor de las mismas. Es el caso de Mamá, una cinta de terror surgida de un cortometraje realizado por el realizador argentino afincado en Barcelona Andrés Muschietti. Mamá cuenta la historia de dos niñas que, inexplicablemente, sobreviven solas en un bosque durante cinco años. Al cabo de ese tiempo son halladas por su tío Lucas (Nikolaj Coster-Waldau), el hermano de su padre, muerto este en extrañas circunstancias, quien se hará cargo de la custodia de las niñas. Sin embargo, Victoria (Megan Charpentier) y Lily (Isabelle Nélisse) vienen acompañadas por una entidad que se resiste a dejarlas, como comprobarán Lucas (Waldau) y su novia Annabel (Jessica Chastain).

EL CUARTETO PROTAGONISTA DE ESTE CUENTO DE HADAS DE HORROR

A pesar de que a priori podría parecernos que Mamá es un film más en la línea de los de la saga Paranormal Activity o The Ring, por citar tan solo dos ejemplos, el primer largo de Muschietti tiene entidad propia. El protagonismo de unas niñas pequeñas, centrales en la historia, la presencia sobrenatural de un ente del pasado y la utilización de muchos de los elementos del cine de terror asiático, sobre todo el japonés, no hacen que la película sea menos original, recordándome a otra que en su día también me sorprendió y con la que guarda algunas similitudes, como es la estupenda La Huérfana, de Jaume Collet-Serra.

Muschietti crea una atmósfera terrorífica basándose en elementos tales como una fotografía de tonalidades apagadas y frías, la banda sonora de Fernando Velazquez, habitual en el cine español de género (El Orfanato, la Trampa del Mal, Los Ojos de Julia), el uso de los sonidos, voces y susurros y, sobre todo, en las apariciones de la criatura sobrenatural que da nombre a la película. La torturada criatura es apenas entrevista en la primera mitad del film, sugiriendo a veces su presencia en un rincón de una habitación jugando solo con las luces y sombras. Especialmente conseguido es el miedo que producen ciertas escenas en las que la criatura no se ve, aunque se intuye por el comportamiento de las niñas. Otro recurso muy bien empleado es jugar con la deficiencia visual de Victoria quien, privada de sus gafas, hace que el espectador vea al ente tal y como lo vería ella, borroso y distorsionado, con la sensación de horror que implica no saber exactamente lo que estamos viendo.

LA HORRENDA CRIATURA QUE INTERPRETA JAVIER BOTET,
AQUEJADO  CON EL SÍNDROME DE MARFAN

Hay en el film otros elementos un poco más discutibles, como algunos lugares comunes a todo film de estas características, algunas acciones incomprensibles de los protagonistas (¿por qué se aventuran de noche en un bosque y una cabaña donde saben perfectamente que les espera algo?). Tampoco me parece lo suficientemente justificado la elección del actor Nikolaj Coster-Waldau para interpretar tanto al padre de las niñas como a su hermano gemelo, ya que ese hecho no tiene relevancia alguna para la historia. Lo único que se me ocurre es que era para ahorrarse el sueldo de un actor. También tenemos los típicos personajes destinados a ser carne de cañón a la primera de cambio, en este caso y a mi entender demasiado obvios.

En cuanto a la elección de actores, destacar a las niñas, con unas interpretaciones bastante naturales y, en algunos momentos, terroríficas. Aunque los protagonistas adultos del film son dos, Chastain y Waldau, la mayor parte del metraje se apoya en el personaje de Annabel. Jessica Chastain (La Noche Más Oscura), aquí morena y con el pelo corto, lleva todo el peso del film, como es habitual en muchas películas de terror similares donde la acción se centra casi exclusivamente en un personaje femenino.

AUN MORENA Y CON PELO CORTO, JESSICA CHASTAIN SIGUE DESLUMBRANDO

Mamá cumple con creces su función de entretener y asustar, con referencias a otros films de terror como Poltergeist (las niñas relacionándose con entes sobrenaturales, el armario puerta al reino espiritual...), The Ring, Dark Water o El Exorcista (el movimiento animalesco de las niñas) por citar algunos, y con una puesta en escena de calidad y, en ciertos momentos, lejos de lo convencional. Su principal baza son las niñas, personajes con los que siempre es fácil empatizar y una pareja protagonista atractiva, quizás en exceso (Coster-Waldau, Jaime Lannister en Juego de Tronos, es uno de los rostros masculinos más atractivos del momento, y Chastain, en algunas escenas, distrae tanto con su belleza que te saca del film). Quizás la principal baza del film sea la manera del realizador de combinar elementos comunes a muchas otras películas de terror, más que a lo más o menos original de la historia en sí. Una película no apta para corazones sensibles, pero si para aquellos amantes del terror que buscan algo más que adolescentes descerebrados o muertos vivientes.

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