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Hizo de las Tinieblas su Escondite, de Matt Cardin. Reseña

Hizo de las Tinieblas su Escondite, de Matt Cardin

En su página oficial, Matt Cardin se describe como "un escritor de ficción y no ficción con un enfoque a largo plazo en las intersecciones y las implicaciones de la religión, la espiritualidad, el horror, la creatividad y la cultura". Con un doctorado en liderazgo y experiencia en historia de las religiones, este autor multidisciplinar abarca desde ensayos filosóficos hasta relatos de ficción weird, además de realizar excelentes estudios sobre la literatura de horror, como Lo que el Diablo me Contó, también publicado por Dilatando Mentes.

En la antología Hizo de las Tinieblas su Escondite (To Rouse Leviathan, 2019), Cardin nos ofrece una selección de relatos que oscilan entre el horror cósmico heredero de autores como H. P. Lovecraft, hasta la ficción más extraña, heredera de Thomas Ligotti. Muchas de las historias del volumen tienen un nexo en común: la religión. Si para Lovecraft el Necronomicón era el libro maldito por excelencia, para Cardin es la Biblia. Entre las líneas de los textos sagrados judeocristianos se esconden mensajes arcanos que solo unos cuantos llegan a atisbar. Su conocimiento lleva a la locura y, en muchos casos, a destinos peor que la muerte.

Matt Cardin: horror teológico

En La Condena de la Carne, el relato que abre la antología, un estudioso de las religiones acude a una fiesta invitado por un amigo que hace años que no ve. La velada no es lo que esperaba, y muy pronto el protagonista descubre que la corrupción del alma también conlleva la degradación del cuerpo. Obviamente, el protagonista está inspirado en el propio autor. El impacto del final se ve atenuado por la ausencia de una explicación clara a los terribles acontecimientos que acontecen.

Un monje del monasterio del famoso Monte Saint-Michel, Francia, es el protagonista de Apuntes de un Copista Enajenado. A semejanza de la novela gótica El Monje (1796), de Matthew G. Lewis, el personaje va cayendo inexorablemente en las redes del Maligno, que lo utiliza para mezclar sus impías enseñanzas con los textos sagrados que laboriosamente debe copiar cada día. Un relato salpicado de citas y referencias bíblicas, como será habitual en el resto del libro.

En El Teatro del Subsuelo, Matt Cardin aparca momentáneamente la espiritualidad y nos ofrece un relato en el que el protagonista descubre una verdad terrible. ¿Y si nuestra vida fuera solo una obra teatral sujeta a los designios de un loco dramaturgo? Relato claramente inspirado en la ficción de Thomas Ligotti. También alejado de lo sacro está Si Tuviera Ojos, una extraña narración en la que un pintor vive obsesionado con plasmar en el lienzo la extraña bruma que siempre cubre una localidad costera. Extraño relato que bordea lo surreal.

La primera parte de Hizo de las Tinieblas su Escondite se cierra con Judas del Infinito. Una persona sin hogar yace semiinconsciente en la acera. Todos pasan de largo, pero las consecuencias de ignorarlo serán inesperadas y terribles. La historia es la más salvaje del libro, con descripciones más gráficas de lo normal en la narrativa de este autor. Por momentos, me recordó al Clive Barker de Los Libros Sangrientos.

El Despertar de la Oscuridad

El Despertar de la Oscuridad es el título de la segunda parte del recopilatorio de Matt Cardin. El primer relato es Dientes, historia muy en la línea de narraciones lovecraftianas en las que el protagonista enloquece al leer un viejo manuscrito. En este caso, se trata de un mandala dibujado por un estudiante universitario. De lo mejor del volumen, aunque alargado en exceso.

¿Crees que hay gente que cobra por no hacer nada en su trabajo? Todos hemos tenido esa sospecha alguna vez, y Cardin la ha usado como premisa para Las Estrellas Brillan Sin Mí, uno de los relatos más surrealistas del libro y que incluso bordea el humor negro. Y del terror religioso pasamos al horror más carnal, con Parajes Desérticos. Un hombre acude al hospital a visitar a un viejo amigo que permanece en coma. Su estado es irreversible, pero su mujer, expareja del narrador, cree que la energía sexual puede revivirlo. Una ida de olla como solo Matt Cardin es capaz de ofrecer.

Seguimos con el descenso a la locura al que nos invita Cardin con el cuento El Enano Menteoscura. En él, un abogado tira su carrera por la ventana al ser poseído por una entidad oscura. Cómo no, salpicadas aquí y allá aparecen referencias a la Biblia. 

En Pesadillas, Importadas y Domésticas, Matt Cardin, junto al escritor Mark McLaughlin, nos presentan a Lafcadio, un pintor que sueña cada noche con la vida de un triste oficinista. Su doble vida le va obsesionando cada vez más, hasta el punto de querer adoptar la personalidad de su otro yo nocturno, con todas sus nefastas consecuencias. Más irónico que inquietante es El Diablo y la Deuda, un cuento en el que un escritor sin inspiración le es ofrecido un pacto fáustico. Esta segunda parte de la obra finaliza con el relato El Dios de la Hediondez. Un periodista investiga una secta que ha abrazado a la enfermedad como medio para alcanzar a su divinidad. De los relatos más largos del libro y que de nuevo conecta con lo religioso, como es habitual en la ficción de Matt Cardin.

Hizo de las Tinieblas su Escondite, de Matt Cardin. Ilustración de Luis Pérez Ochando


Matt Cardin: Apócrifos

Con el título de Apócrifos, esta tercera y última parte de Hizo de las Tinieblas su Escondite contiene algunos relatos que, de algún modo, imitan ser manuscritos encontrados. De Quimeras y Entes Grotescos, por ejemplo, es un ejercicio metaliterario en el que un sacerdote, al acudir a dar el último sacramento a un enfermo, descubre que es su escritor favorito. Tal circunstancia le brinda la oportunidad de finalizar un relato inacabado del escritor, el cual Cardin nos ofrece dentro del mismo relato. De lo mejor del volumen.

No tan acertado está Cardin con su distopía postapocalíptica Prometeo Poseído, un relato ambientado en una sociedad futura con tintes de body horror, pero sin llegar a rematar bien el conjunto. El Nuevo Corpus Paulino, en cambio, es mucho más ambicioso. De hecho, la narración es una especie de resumen del estilo y temas que Cardin utiliza en su obra de ficción. Incluso, se permite introducir aquí y allá a seres lovecraftianos como Azathot, Cthulhu o lugares míticos como R'lyeh.

El último relato del libro es Un Lugar Insigne en el Núcleo de sus Designios, en coautoría con Mark MacLaughlin. Un artista emergente es contratado por un excéntrico millonario para que realice varios cuadros para su galería privada. El dinero no es problema, pero sí la falta de inspiración del pintor, quien pronto se arrepiente de haber accedido al encargo. No es de lo mejor del volumen, si bien recuerda a relatos lovecraftianos como La Música de Erich Zahn.

Hizo de las Tinieblas su Escondite se cierra con un epílogo a cargo de Luis Pérez de Ochando, creador también de las fabulosas ilustraciones que iluminan toda la obra. En este breve estudio se nos hace una breve semblanza de Matt Cardin, como su pertenencia a una familia fundamentalista cristiana de Misuri o la epifanía relacionada con la parálisis del sueño que sufre, ya en los años 90, y que le impulsa a escribir ficción terrorífica mezclada con su concepción de la religión judeocristiana. 

Las lecturas de Cardin (Arthur Machen, Lovecraft, Ligotti...) se ligan en una mezcolanza de difícil digestión y dan lugar a libros como el que nos ocupa. Sus trabajos ensayísticos sobre la literatura de horror son lúcidos y originales, así como su narrativa de ficción. No obstante, Hizo de las Tinieblas su Escondite no es del todo redondo, ya que presenta altibajos y una incapacidad de rematar las historias de un modo satisfactorio para el lector. ¿Es su finalidad dejar al lector angustiado? Pudiera ser. 

Leyendo esta antología he tenido una sensación de repetición. Es algo que sucede cuando es una colección de relatos del mismo autor, pero con Matt Cardin parece agudizarse. De hecho, creo que todas estas historias suceden en un universo compartido repleto de abismos, deidades que regían la oscuridad antes de la Creación y enseñanzas blasfemas que acechan escondidas en la Biblia. 

En cualquier caso, la ficción weird de Matt Cardin que nos trae Dilatando Mentes no es apta para cualquier paladar. Incluso aquellos que somos lectores ávidos de lo macabro y lo extraño, se nos hacen un poco cuesta arriba algunos de sus relatos. Eso no quita que Cardin sea, actualmente, uno de los autores de literatura extraña más interesantes del terror contemporáneo.

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