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Barajas Infantiles. De la Familia Bantú a Dragon Ball. Reseña

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Los juegos de cartas infantiles han apasionado a varias generaciones de niños españoles. Quienes nacieron en las décadas de los 70, 80 o 90 posiblemente recordarán haber jugado con los naipes de la empresa Heraclio Fournier. Eran mazos de cartas repletos de colorido, de excelente calidad, con los que podías jugar a las parejas, a los descartes y a mil y un juegos más. El libro de Diábolo Ediciones Barajas Infantiles. De la Familia Bantú a Dragon Ball es todo un muestrario de los juegos de naipes lanzados a lo largo de más de tres décadas por la afamada empresa de naipes fundada en 1870. Vicente Pizarro, su autor, es reportero gráfico en televisión, y todo un experto en cultura popular, como lo demuestran libros como ¡Andá!, la merienda... (2017) o ¡Y Tiro Porque me Toca! (2021), también publicados por Diábolo.

El origen de los naipes infantiles de Heraclio Fournier

Como bien explica el autor en la introducción, la empresa de naipes Heraclio Fournier nació en Vitoria allá por 1870. Don Heraclio, viendo más oportunidades para su negocio de impresión en tierras vascas, trasladó su empresa a la capital vascongada, lugar donde conseguiría fama y fortuna. Tras especializarse en las barajas de cartas y ganar numerosos premios internacionales a la calidad, la empresa crece hasta convertirse en una de las principales del sector a nivel mundial. Actualmente, Heraclio Fournier es proveedora oficial de muchos de los casinos más importantes del mundo. Pero ¿cuándo surgen las primeras barajas infantiles?

Los primeros mazos de cartas para niños de Fournier se basaron en un juego inglés inventado a mediados del siglo XIX: el juego de las Siete Familias. Este fue adaptado por la empresa española en 1957, utilizando a los personajes de Disney para formar las citadas familias. Pero el verdadero boom de los naipes para niños se produce en la década de los 60, con mazos dedicados al circo, a los deportes, a los animales e incluso a las señales de tráfico.

Barajas infantiles de Heraclio Fournier, un tesoro para coleccionistas

Como otros muchos niños de mi generación, también jugué con los juegos de cartas de Heraclio Fournier. Por supuesto, en España había otras empresas que lanzaron sus propios naipes infantiles, pero pocas llegaban a alcanzar la calidad de los que fabricaba la empresa vitoriana. Desgraciadamente, mis juegos de cartas fueron desapareciendo con el paso de los años y distintas mudanzas, aunque aún los conservo en un lugar destacado de mis recuerdos. El libro de Diábolo, además de servir de referencia a muchos coleccionistas de este tipo de juegos, es todo un aldabonazo en nuestra memoria, desenterrando recuerdos y vivencias de nuestra niñez más temprana.

Este despertar de nuestros recuerdos se debe a las maravillosas reproducciones de los mazos de cartas de la obra de Pizarro. Como es costumbre, los editores han puesto especial esmero en que las fotografías de los naipes luzcan en todo su esplendor, con el fin de que el lector pueda hacerse una idea de su extraordinaria calidad. De hecho, el libro es eminentemente visual, con breves textos explicativos en cada baraja señalando sus reglas, sus versiones o alguna curiosidad. De ahí que el volumen se disfrute en un suspiro, aunque siempre quedarán ganas de repasar sus páginas para disfrutar una vez más de tan bonitas colecciones de cartas.

Barajas Infantiles: un viaje de cuatro décadas a nuestra niñez

La obra abarca las barajas de naipes comercializadas desde finales de los años 50 hasta finales de 1999. Son, por tanto, más de cuatro décadas de éxito entre los niños españoles. Como señala el autor, los naipes para niños de Heraclio Fournier se iban adaptando a los nuevos tiempos y a los gustos cambiantes, de ahí su éxito. De este modo, en los 70 se vendieron como churros barajas de Disney, de animales, de las clásicas parejas o de personajes de dibujos animados como Popeye o el Pájaro Loco. También llegaron a quioscos y tiendas de juguetes mazos dedicados a películas y series, como El Abismo Negro, de Disney, Superman o Érase una Vez el Hombre, entre otras muchas.

En la década de los 80, Fournier lanza barajas de Spiderman, Mortadelo, Tom y Jerry o Ulises 31, aunque comienza a introducir más y más temas deportivos, como el baloncesto. También apuesta por los cuentos clásicos, siempre con cuidadas ilustraciones. El furor generado por el mundial de fútbol de España motivó el lanzamiento de cartas dedicadas a la selección, aunque también a los automóviles de carreras y motos.

Si bien los años 80 son una era gloriosa para la empresa de naipes vitoriana, la década siguiente no iba a ser menos. A partir de 1990, Heraclio Fournier lanza decenas de mazos de cartas infantiles de mil y una temáticas. La década la inaugura Astérix, al que le sigue el simpático pollito Calimero. También Cobi, la mascota de los juegos olímpicos de Barcelona 92, tendrá su baraja, sin duda una de las más feas de la marca. A personajes como el escurridizo Wally le dedicaron varios juegos, como a la muñeca Barbie, ahora tan de moda.

El renacer de la factoría Disney con La Sirenita también se plasmó en las cartas de Heraclio Fournier. Además de la baraja dedicada a Ariel en 1990, también se lanzaron juegos de las ardillas Chip y Chop, Los Rescatadores o La Bella y La Bestia. En esta década, el fabricante de cartas se diversifica hasta extremos increíbles, con juegos de la película Batman Vuelve, las figuras de He-Man y los Masters del Universo o la reivindicable serie Las Aventuras del Joven Indiana Jones.


Cartas infantiles de Heraclio Fournier: la aventura continúa

En los 90, Fournier lanza al mercado decenas y decenas de mazos de cartas que cubren desde las series de dibujos animados a barcos y aviones de guerra, algo que la corrección política actual haría imposible. Estos juegos ya me pillaron algo crecidito, por lo que muchos de estos juegos ni siquiera me suenan. Debido a ello, me ha sorprendido ver como hubo cartas dedicadas al Camino de Santiago, a los coches de lujo o, incluso, a España y sus autonomías. 

Quizás pienses que las cartas infantiles de Heraclio Fournier dejaron de comercializarse con el cambio de siglo. Ello no fue así, como indica en las páginas finales de su libro Vicente Pizarro. Puede que los naipes infantiles ya no sean su principal producto, pero la empresa sigue comercializando algunos de ellas, como las reediciones de algunas de sus barajas clásicas para los más nostálgicos: Parejas del Mundo o las Familias de 7 Países. Sin embargo, si buscas las más raras y antiguas, deberás bucear en el mercado de segunda mano, donde encontrarás desde chollos a auténticos tesoros que se pagan a precios desorbitados.

En su párrafo de despedida, el autor plantea la posibilidad de un segundo volumen dedicado a las barajas infantiles que Heraclio Fournier lanzó al mercado en la década de los 2000. Puede que a algunos nos suene a anteayer, pero ya han pasado veinticuatro años desde entonces. Se tratará, en cualquier caso, de una importante labor de investigación en revistas, catálogos, tiendas online de coleccionismo, mercadillos de coleccionismo, así como webs y blogs de aficionados a lo retro. Además, sospecho que la cantidad de cartas infantiles que Heraclio Fournier comercializó a partir del 2000 fue bastante menor en comparación con décadas pasadas. El auge de los videojuegos, Internet y la popularización de otros juegos de cartas entre los más jóvenes puede que influyera decisivamente en el declive de este tipo de naipes.

Barajas Infantiles. De la Familia Bantú a Dragon Ball es una obra imprescindible para coleccionistas de este tipo de juegos. Sus espléndidas reproducciones de los mazos de cartas nos ofrece una imagen fidedigna de la calidad que alcanzó Fournier en su fabricación, así como sus intentos por innovar con nuevos formatos, como sus estuches con juegos surtidos o sus naipes-dominó. En cualquier caso, tanto si eres coleccionista como si no, la obra es todo un viaje a los recuerdos más recónditos de nuestra niñez, un tiempo en el que era mucho más fácil maravillarse con cualquier cosa.

Barajas Infantiles. De la Familia Bantú a Dragon Ball. DIÁBOLO EDICIONES. AUTOR: Vicente Pizarro. FORMATO: cartoné, 304 páginas, color. Primera edición, diciembre 2023. PRECIO: 27,95 €

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