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MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA. LA CRITICA

Tras un lapso de 30 años desde el estreno de Más allá de la Cupula del Trueno, el realizador australiano George Miller se ha vuelto a poner al volante de la saga que el mismo creara allá por 1979. Rodada casi en su totalidad en el desierto de Namibia y con un presupuesto de 150 millones de dólares la historia vuelve a tener como protagonista al ex-patrullero Max Rockatansky, interpretado esta vez por Tom Hardy, quien releva a Mel Gibson en el papel que le lanzara a la fama. La película ha contado con un generoso presupuesto que han posibilitado impresionantes escenas de acción, un regreso por todo lo alto de una saga que ya parecía condenada al olvido. Sin embargo, ¿ha merecido la pena este regreso tan tardío?


Capturado por los hombres del tiránico Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne, actor que repite en esta saga) y usado como "bolsa de sangre", Max (Hardy) ve como sus días de vagar por el desierto huyendo de sus propios demonios llegan a su fin. Sin embargo, el destino de Max cambia cuando Imperator Furiosa (Charlize Theron) desvía de su ruta un precioso convoy, e Inmortan Joe manda sus hombres tras ella, con Max atado a modo de mascarón de uno de los vehículos.

Este es el punto de partida de la vuelta a la pantalla grande de uno de los iconos cinematográficos mas importantes del cine de género, como es el "Loco Max", un hombre solitario en cuyo camino siempre se cruzan bizarros y extravagantes personajes conduciendo sus aun mas bizarros vehículos. El británico Tom Hardy (The Dark Knight Rises) es el encargado de dar el relevo a Mel Gibson, en una historia que muy bien podríamos encuadrar tras cualquiera de las tres películas anteriores. Hardy encarna a Max como podría haberlo hecho cualquier otro, ya que, entre sus escasas líneas de diálogo y la poca expresividad del actor, nos deja con la impresión de que Miller no deseaba realmente que el fuera el protagonista. Entonces, si Max no es el protagonista, ¿lo es el personaje de Charlize Theron?

IMPERATOR FURIOSA (CHARLIZE THERON) RESTA PROTAGONISMO AL DESCAFEINADO MAD MAX DE TOM HARDY

Puede decirse que la película gira mas en torno a Imperator Furiosa (y en menor medida en torno al personaje de Nicholas Hoult) que sobre el personaje de Hardy, una sensación que ha llevado a un grupo de gente de mente estrecha a acusar al director de llenar su película con propaganda feminista. Bueno, sin llegar tan lejos como esos individuos, Miller ha elegido a Imperator, junto a sus cinco protegidas, como verdaderas protagonistas de la película, dejando en un muy segundo plano a Max.

Pero si hay un protagonista indiscutible en la película, son las escenas de acción. De los 120 minutos de duración de la película, la mayor parte de ellos los ocupan ese tipo de escenas. Rodadas casi en su totalidad con efectos prácticos, no digitales, y con una estupenda labor de los extras de acción, constituyen el principal atractivo de esta película. Por otro lado, Miller ha elegido rizar el rizo de su propia franquicia poblando la película de personajes tan grotescos como los vehículos que conducen, empezando por Inmortan Joe y por todo su ejército de fanáticos sedientos de gasolina. Esos son los principales alicientes de un film en el que la historia, no nos engañemos, es lo de menos, y en el que las explosiones, los vehículos y este mundo post-apocalíptico son los únicos elementos que hacen que no nos levantemos de la butaca en la primera media hora.


Y es que, a pesar de toda la espectacularidad, las explosiones, las persecuciones, los diseños de los vehículos y la recreación de un mundo desolado creíble sin abusar de la pantallas verde (quitando la escena de la tormenta de arena y alguna mas), Mad Max: Furia en la Carretera carece de lo mas importante: de historia. Y si bien las película de la saga no se han caracterizado nunca por ser maravillas argumentales (se han basado sobre todo en la espectacularidad de sus persecuciones y la fuerza en pantalla de Gibson), Fury Road queda incluso por detrás de aquellas en lo que respecta a tener un argumento medianamente sólido y un desarrollo de los personajes que nos haga empatizar con alguno de ellos. Si a ello le sumamos la elección de Hardy como recambio de Gibson, la nueva entrega de la saga no va mas allá de ser un espectacular divertimento en el que clichés tan manidos como la redención son usados sin complejos por unos guionistas y un director muy inspirados para la acción pero poco a la hora de contar historias medianamente interesantes que no olvidemos a los cinco minutos de salir de la sala. Y por favor, no cometáis el error de verla en 3D: no aporta absolutamente nada, aparte de aligeraros aun mas la cartera.

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