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LA BROMA ASESINA, DE MOORE Y BOLLAND: CUANDO BATMAN MATÓ AL JOKER

El final de La Broma Asesina ha sido siempre uno de los que mas interpretaciones ha suscitado entre los fans de Batman y entre los lectores de cómics en general. La que puede considerarse una de las historias mas importantes del hombre murciélago y de su principal enemigo, El Joker, ha vuelto a la primera plana de la actualidad precisamente en el 25 aniversario de su publicación. A estas alturas, hablar de spoilers en un cómic que casi debería ser de obligada lectura en las escuelas, está de mas, así que tendréis que permitirme que hable sin rodeos de la historia. 

La Broma Asesina, escrita por Alan Moore e ilustrada magistralmente por Brian Bolland, mas que sobre Batman, es un cómic sobre El Joker y cómo llegó a convertirse en lo que es. La historia comienza en el sanatorio de Arkham, en una visita de Batman al Joker, una visita que podría estar motivada como en otras muchas ocasiones a la resolución de un caso en el que el villano estuviera implicado. Sin embargo, la reunión se debe a motivos muy distintos a los habituales. Batman decide que es el momento de terminar con una espiral de odio y violencia, sin sentido entre dos personas que realmente no se conocen, y que solo terminará con su muerte o la del Joker. 

Batman ni siquiera sabe cómo comenzó todo, tan solo quiere acabar con ello de una vez. Sin embargo, El Joker tiene otros planes, planes en los que no entran quedarse en Arkham, como rápidamente descubre Batman. Mientras este conversaba con un señuelo, El Joker prepara su golpe definitivo en una feria de atracciones abandonada. Esto servirá de excusa para que Moore nos relate la que posiblemente sea la mejor historia sobre El Joker que se haya escrito nunca.

LA BROMA ASESINA
ALGUNAS VIÑETAS DE ESTE CÓMIC SE HAN CONVERTIDO EN ICÓNICAS

Aunque La Broma Asesina tiene toda la apariencia de ser una obra aislada, desconectada de otras historias del hombre murciélago, los hechos que suceden en el cómic tendrían consecuencias muy importantes en el Universo DC, tan relevantes que hoy día es la única historia que ha sido respetada en el reinicio conocido como Los Nuevos 52

Tras escapar de Arkham, lo primero que hace El Joker es ir al domicilio del comisario James Gordon y disparar a bocajarro a la hija de este, Bárbara, cuando abre la puerta. Moore tenía carta blanca para hacer lo que quisiera con el personaje de Bárbara Gordon, pues el guionista había preguntado a los editores de DC si podía dejar lisiada permanentemente a la que fuera Batgirl. Len Wein, muy gráficamente, le contestó a Moore «lisia a esa perra». Luego veríamos que la hija de Gordon quedaría postrada en una silla de ruedas, cambiando la máscara y los tejados por los teclados y ordenadores de Oráculo

Es precisamente este hecho el que hace que La Broma Asesina no sea completamente un Elseworlds, las historias en las que los personajes del Universo DC son radicalmente transformados o situados fuera de su contexto habitual. ¿Por qué el cómic de Moore podría ser un Elseworlds encubierto? Precisamente por su final. Pero antes de llegar al clímax hay que repasar otros puntos relevantes del cómic.

LA BROMA ASESINA
"LISIA A ESA PERRA"... MUY BONITO, LEN WEIN

Tras herir a Bárbara y secuestrar a su padre, El Joker lleva a este a la feria abandonada. Allí intentará probar su propia teoría, según la cual cualquier persona puede enloquecer y convertirse en un monstruo, como él, si se dan las circunstancias apropiadas... o precipitándolas artificialmente. Así, mientras asistimos a las torturas psicológicas que inflige al comisario, paralelamente veremos los sucesos que dieron origen a la monstruosa criatura que es El Joker. Es cuando descubrimos que El Joker podría haber sido cualquiera, incluso alguien como Bruce Wayne, quien en vez de emprender la senda del justiciero Batman, podría haberse transformado en algo muy, muy distinto, quizás en alguien muy parecido a los villanos que intenta combatir.

Batman llega a la feria, dispuesto a terminar en cierto modo la conversación que pretendía mantener al principio de la historia con El Joker... y detenerlo, claro. Aquí, Moore hace que El Joker sea finalmente vencido por su propia demencia, por el insano sentido del humor del personaje, en una viñeta en la que, a punto de acabar con Batman de un disparo, no se le ocurre otra cosa que usar una pistola de broma. Batman le tiende la mano y le ofrece ayuda para rehabilitarse, para redimirse, pero El Joker le dice que ya es demasiado tarde. Haciendo honor a su nombre, El Joker cuenta a Batman un chiste. Inesperadamente, Batman comienza a sonreír para terminar a carcajada limpia junto a su mortal enemigo. Las onomatopeyas de sus risas llenan las últimas viñetas, excepto las tres últimas, en las que solo vemos caer la lluvia y el «eeeeeee...» de la sirena de la policía. 

¿Decidió finalmente Batman terminar de una vez por todas con su enemigo o lo entregó como siempre a las autoridades para que fuese internado? Aquí entran en juego las distintas interpretaciones del final. De la narración secuencial de Brian Bolland se desprende que las risas de ambos personajes se cortan abruptamente, quedando solo la onomatopeya de la sirena policial en la antepenúltima viñeta, y solo las imágenes de las gotas de lluvia en las dos últimas. ¿Significa que Batman decidió poner fin a la vida del Joker estrangulándolo o rompiéndole el cuello? Es lo que parece opinar el guionista Grant Morrison, que ve claro que Batman asesina al Joker y finalmente es arrestado por la policía, esto último sugerido por la sirena que cesa de ulular en la penúltima viñeta. 

LA BROMA ASESINA
UN FINAL ABIERTO A MUCHAS INTERPRETACIONES

Mi opinión personal es que Alan Moore quería escribir la historia definitiva sobre Batman y El Joker, como ya he dicho un Elseworlds en el que Bruce Wayne se enfrentara finalmente a la justicia por matar a sangre fría a su más mortal enemigo. El ambiguo final parece que dio pie a que esta historia no tuviera consecuencias más allá del disparo a Bárbara Gordon y que se convirtiera en una de las mejores historias del héroe (y del villano) creado por Bob Kane y Bill Finger. Quien no sea un lector habitual de cómics posiblemente interpretará así este final, un Batman que por fin se da cuenta que la única manera de acabar con esa espiral de violencia es rompiéndole el cuello al Joker. Sin embargo, los fans de los cómics estamos más llenos de prejuicios de lo que nos gustaría admitir en público y nos cuesta creer que finalmente nuestro héroe sea capaz de matar a alguien a sangre fría, aunque sea al Joker.

Que los superhéroes de los cómics Marvel y DC maten o no maten siempre ha sido un tema espinoso y controvertido. El ejemplo más cercano lo tenemos en la película El Hombre de Acero, en la que un joven e inexperto Superman debe elegir entre matar a Zod o dejarle vivo y que siga asesinando a la gente entre la que ha vivido desde que llegó de Krypton, en un momento en el que no hay tiempo para pensar. La polvareda levantada a raíz de que Superman rompiera el cuello a Zod fue de proporciones épicas... y todo porque Superman, en teoría, no debe matar.

Precisamente ocurre igual en La Broma Asesina. ¿Tanto nos cuesta creer que Batman matara a sangre fría al Joker? No sería extraño si la historia de Moore hubiese sido un Elseworlds, pero no es el caso, aunque creo que por muy poco.

BATMAN: LA BROMA ASESINA
ECC Ediciones
Edición original: Batman: The Killing Joke USA
Guión: Alan Moore
Dibujo: Brian Bolland
Cartoné, 64 págs. A color
Precio: 7,95 €

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