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THE WALKING DEAD, TEMPORADA 2, EPISODIO 5. LA CRÍTICA

El episodio comienza con un flashback que, por un lado, nos muestra algo de los momentos iniciales de la epidemia zombie y las radicales medidas que fueron tomadas por las autoridades y, por otro lado, marca el inicio del romance entre Shane (Jon Bernthal) y Lori (Sarah Wayne Callies). El que estos dos personajes se entendieran se comprende mejor viendo la situación
en la que surgió: el apocalipsis reinante, madre e hijo solos y desvalidos, el amigo de la familia como único apoyo...

La historia entre Glenn (Steven Yeun) y Maggie (Lauren Cohan), la hija de Hershel (Scott Wilson), sirve como contrapunto divertido para descargar de tensión al capítulo. Glenn no parece estar dispuesto a dejarlo pasar tal y como Maggie quiere o dice querer. Otro de los frentes abiertos en este capítulo es la confrontación entre Rick (Andrew Lincoln) y Shane por el liderazgo del grupo. Shane cuestiona las decisiones de Rick por lo cara que les está saliendo la búsqueda de Sophia (Madison Lintz) que, como bien dice Shane, matemáticamente ha de estar muerta. Esta puesta en entredicho de las decisiones de Rick por parte de su mejor amigo, de quien menos las esperaría, parece que hacen bastante mella en su confianza en sí mismo. Shane intenta hacer ver a su amigo que no está siendo pragmático en sus decisiones y que éstas ponen en riesgo la supervivencia del grupo.

LA TENSIÓN EN LA CENA SE PODÍA CORTAR CON UN CUCHILLO

Daryl (Norman Reedus) es otro que piensa que debe continuar la búsqueda de la niña perdida, como si de un reto personal se tratara. Sin embargo, lo que no sospecha es que la fatalidad y una muñeca va a ser lo único que encuentre en el bosque. Tras un desafortunado accidente se vuelve a encontrar con Merle (Michael Rooker), su hermano desaparecido, pero no de la forma que estáis pensando. Merle actuará como una especie de conciencia hablándole al oído y apelando a su orgullo para que salga adelante por encima de todo y de todos. Pero no sólo su hermano acosándole por su cambio de actitud con el grupo es su único problema.

ESTO SÓLO PUEDE TRAER PROBLEMAS

Hershel cada vez está más incómodo con la permanencia del grupo en la granja, temiendo que se eternice. La relación con Rick es tensa, como si no quisiera involucrarse emocionalmente demasiado con el grupo de supervivientes. Hershel también advierte a los miembros de su familia de no acostumbrarse a la presencia del grupo pues no van a quedarse para siempre. Cada vez más son los hechos que apuntan a que el granjero tiene mucho que ocultar. El affair entre Glenn y Maggie sirve para introducir el cliffhanger final del episodio, en el cual sabremos por fin por qué incomoda tanto al granjero la aparición y permanencia del grupo en su "pacífica" granja.

GLENN ENCUENTRA MÁS DE LO QUE BUSCABA

Sin ser un episodio tranquilo, tampoco podemos considerarlo repleto de zombies. El capítulo apunta ya hacia ir cerrando algunas tramas abiertas como la del secreto de la granja de Hershel y, esperemos, la resolución del tema de la niña. Los amantes de los zombies quizás se sientan un poco decepcionados porque no abundan tampoco en este capítulo, aunque no es que hayan hecho mucha falta para lo que se quería contar. La historia no se estanca, sino que avanza a un ritmo lógico y  creíble, sin estirar las tramas en exceso ni complicarlas en demasía.

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