Universo de Locos y Otras Novelas de Marcianos. Fredric Brown - Ciencia Ficción Completa 3. Reseña

La obra de Fredric William Brown (Cincinnati, Ohio, 1906-1972) la forman principalmente novelas policíacas y de misterio. Sin embargo, sus contadas incursiones en la narrativa de ciencia ficción han dejado una huella indeleble en el género. Solo escribió cinco novelas de anticipación científica, además de una buena colección de relatos breves y ultracortos —era un maestro de estos últimos—, pero su nombre figura junto a otros importantes autores del género. 

Ediciones Gigamesh ofrece a los lectores de lengua castellana la posibilidad de disfrutar de la narrativa completa de ciencia ficción escrita por Fredric Brown en cuatro volúmenes, a precios muy asequibles. El tomo que nos ocupa contiene tres de sus novelas: Universo de Locos (1949), Las Estrellas Desafiantes (1953), y ¡Marcianos, Largo de Aquí! (1955). En este post analizaremos las tres novelas, no sin antes ofrecer una breve semblanza del autor.

Fredric Brown: vida y obra

Tras un fugaz paso por la universidad, Brown trabaja de oficinista hasta los 30 años. Pero un nuevo empleo como corrector en el Milwaukee Journal le brinda la oportunidad de conocer y trabar amistad con nuevos escritores. Entre ellos, nombres como Robert Bloch (Psicosis) o Stanley Weinbaum (Una Odisea Marciana), por aquel entonces aspirantes a hacerse un nombre en el mundillo de la ciencia ficción.

Quizás animado por sus nuevos amigos, Brown decide mandar un relato pulp a la revista Detective Story Magazine, historia que aparece en su número de marzo de 1938. Animado por la publicación, Fredric Brown continúa escribiendo relatos de crimen y misterio para la pléyade de revistas de esta temática que se publicaban en Estados Unidos en los años 40. Pero Brown se da cuenta de que hay que diversificarse, así que decide aprovechar el tirón que también tienen los magazines de ciencia ficción entre los lectores americanos y comienza a escribir relatos de esta temática. Su narrativa breve —policíaca y ciencia ficción— la componen más de 200 cuentos, la mayoría escritos mientras trabajaba como corrector. 

La suerte no le sonríe cuando busca empleo en alguna de las editoriales de revistas pulp neoyorquinas, así que decide probar suerte y escribir su primera novela policíaca, que publica en 1947. Esta recibe el premio a mejor primera novela concedida por la asociación de escritores de misterio de América. En 1949 publica Universo de Locos (What Mad Universe), su primera novela de ciencia ficción, a la que le seguirían Las Estrellas Desafiantes (The Lights in the Sky Are Stars, 1953) y ¡Marcianos, largo de aquí! (Martians, Go Home, 1955), las tres contenidas en el volumen de Gigamesh. El Granuja Espacial (Rogue in Space, 1957) y La Mente Invasora (The Mind Thing, 1961) están incluidas en El Granuja Espacial y Otras Novelas de Marcianos, último volumen que Gigamesh dedica a recopilar toda la narrativa de ciencia ficción de Fredric Brown.

Universo de Locos

What a Mad Universe apareció por primera vez bajo la forma de novela corta en el número de septiembre de 1948 de la revista Startling Stories. Su protagonista es Keith Winton, editor de una revista pulp de ciencia ficción que es trasportado a una realidad alternativa. Mientras disfruta de un día en la finca del propietario de la editorial, un cohete experimental cae en las proximidades, enviándole con la explosión a un universo similar al nuestro. En él, todos los clichés del género son reales: damiselas espaciales ligeras de ropa, extraterrestres grotescos, héroes galácticos, propulsión ultralumínica...

El protagonista está atrapado en un mundo que parece sacado de una de las historias que él mismo publica en sus revistas pulp. Un ejemplar de Breve Historia del Mundo, de H. G. Wells que cae en sus manos le desvela en qué punto la historia que él conoce comenzó a divergir hasta convertirse en una fantasía pulp. Al parecer, la culpa de todo la tuvo un científico que intentó arreglar la máquina de coser de su mujer...

Como explica Philip Klass en la presentación del libro, Universo de Locos contiene muchos de los detalles que pueblan la ficción fantacientífica de Fredric Brown. La afición del autor por los juegos de palabras, el retrato frecuentemente despiadado de los alienígenas, o la afición por la bebida de sus protagonistas —reflejo de su propia adicción— son algunas de las constantes en sus historias. Pero el tema subyacente más importante —e interesante— es cómo entendemos la realidad. En Universo de Locos —y en otras de sus novelas—, los personajes son capaces de crear, de un modo u otro, su propia realidad. 

Universo de Locos es una de las novelas más relevantes de la ciencia ficción. Su combinación de aventuras pulp, comicidad y su inteligente planteamiento de las realidades alternativas han suscitado los elogios de la crítica especializada. Incluso, se planteó una posible adaptación cinematográfica, como desvela Beth Brown, su segunda esposa, en su autobiografía. El proyecto se descartó porque los productores no tenían ni idea de cómo filmar las pasajes que transcurren en la niebla negra que cubre las ciudades terrestres de noche. La importancia de Universo de Locos en la obra de Brown se hace patente con las diversas alusiones y referencias que el autor introduce en novelas y relatos posteriores. Por ejemplo, en el libro Las Estrellas Desafiantes, uno de los personajes habla de máquinas de coser más veloces que la luz o de una novela que leyó de joven llamada "Mad Universe o algo parecido".

Las Estrellas Desafiantes (o Project Jupiter)

También publicada con el nombre de Project Jupiter, Las Estrellas Desafiantes es una novela cuya acción abarca varios años, desde 1997 al 2001. A través de Max Andrews, su protagonista, vamos conociendo las vicisitudes por las que atraviesa un proyecto que quiere llevar a un hombre a Júpiter. La misión se topa con las reticencias de los políticos, que no ven con buenos ojos una inversión de tal envergadura. 

Andrews es un mecánico de cohetes bien entrado en la cincuentena que perdió una pierna cuando era astronauta. Su sueño es ver cómo la humanidad llega a las estrellas, y el proyecto de ir a Júpiter debe ser el primer hito que hay que alcanzar. Andrews conocerá a Ellen Gallagher, una política con sus mismas aspiraciones; juntos intentarán impulsar una misión de cuyo éxito depende el propio futuro de una humanidad que parece haber perdido el interés por el espacio.

No estamos ante una novela como Universo de Locos. En Las Estrellas Desafiantes, Brown se aleja de la parodia y el tono ligero de su anterior novela y nos ofrece una historia dramática y cercana a nuestra propia realidad. El autor describe bien las intrigas políticas que rodean a empresas de este calado, los intereses en juego, las consecuencias de entrar en dicha dinámica y los sacrificios que hay que estar dispuesto a hacer. Los personajes están bien delineados, tiene profundidad y son creíbles, muy alejados de los clichés retratados en Universo de Locos.

¡Marcianos, Largo de Aquí!

Junto a Universo de Locos, ¡Marcianos, Largo de Aquí! quizás sea la novela más popular de Fredric Brown y, como la primera, también se trata de una sátira. En este caso, Brown pone el punto de mira en el tópico de las invasiones extraterrestres, un tema candente en la época. Recordemos que la era de los platillos volantes había dado comienzo pocos años antes, en 1947, cuando una cuadrilla de ovnis fueron avistados sobrevolando el monte Rainier, Washington. 

En la novela de Fredric Brown, los hombrecillos verdes son literalmente eso, hombrecillos verdes. La invasión es global, miles de millones de marcianos aparecen en cualquier sitio y momento, pero su intangibilidad les hace inmunes a cualquier intento de ataque. Simplemente se limitan a observar a los humanos y hacer comentarios procaces e insultantes, haciendo más daño con ello que con cualquier otro modo de invasión.

La acción transcurre en un por entonces futuro 1964. Luke Devereaux es un autor de ciencia ficción que busca la inspiración enclaustrado en una alejada cabaña. De pronto, alguien llama a la puerta: es el prototípico marciano verde de cabeza grande. El protagonista, ebrio, cree que todo es producto de su imaginación, pero pronto descubre que la invasión es real, y global. Los marcianos están por todas partes, y solo hacen provocar y hacer comentarios soeces. Las consecuencias son terribles: la intimidad es imposible, baja la natalidad, se desarman los ejércitos, la gente asesina al prójimo intentando acabar con los hombrecillos verdes, se multiplican las enfermedades mentales...

Como sucede en Universo de Locos, la ciencia ficción ya no tiene razón de ser: los marcianos son reales y están por todas partes. Nadie quiere leer relatos de extraterrestres, ya tienen bastante con los que pueblan calles y hogares. El final de la novela será, como nos tiene acostumbrado Fredric Brown, sorprendente. Aunque, si lo analizamos bien, no deja de jugar con los temas habituales de su narrativa fantástica, como la naturaleza de la realidad y cómo influimos en ella.

En 1989 se estrenó una película basada en la novela de Fredric Brown titulada Marcianos, Volved a Casa. Dirigida por David Odell, la protagoniza Randy Quaid (Independence Day) quien interpreta a un músico de bandas sonoras que se recluye en una cabaña en busca de inspiración para un film de ciencia ficción. Su tema musical, emitido por radio por equivocación, resulta atraer a millones de marcianos, que lo toman como una especie de saludo universal.

Aunque se especializó en novelas y relatos policíacos y de misterio, la escasa narrativa de ciencia ficción que Fredric Brown escribió brilla con luz propia por encima de las de otros escritores más prolíficos. Estas tres novelas demuestran su versatilidad, al ofrecernos dos sátiras y farsas de marcado tono humorístico junto a una tercera novela, Las Estrellas Desafiantes, claramente más dramática y seria. En siguientes posts analizaremos sus magistrales relatos cortos, así como otras de sus novelas, editadas por Gigamesh con una nueva y mejor traducción que las de ediciones más antiguas.