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Los Principios de Derechos de Autor en los Cómics

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Cuando un autor crea una historia con el objetivo de presentarla a un público, antes debe asegurarse de resguardar todo lo referente a las licencias de la novela, guion o cómic. Es algo un tanto parecido al efecto de las licencias de casino confiables, solo que con otro enfoque, pues los creadores de contenido, los dibujantes y demás artistas buscarán la forma de proteger sus obras a toda costa.

Así, nace la famosísima «propiedad intelectual», en torno a la cual gira todo lo referente a las leyes de derecho de autor. Gracias a los principios morales y legales detrás de este asunto, existen distintas maneras de salvaguardar cualquier proyecto, obra o cómic que se haya publicado hace algún tiempo o recientemente.

En este punto, podemos tomar como referencia a grandes editoriales, como Marvel o DC, que han dado cabida a distinguidos personajes que sólo pueden ser utilizados y explotados bajo sus términos. Esto implica que toda compañía interesada en usar la imagen de cualquier producto de estas u otras editoriales debe tener los permisos o licencias pertinentes de las entidades en cuestión.

¿Qué es la propiedad intelectual?

La propiedad intelectual representa toda obra nacida de la creatividad de una persona. Se trata de un bien no tangible que puede tomar la forma de una novela, cómic, historia, cuento, pintura y más. Todo aquello que haya sido escrito, moldeado o dibujado, automáticamente, se convierte en propiedad intelectual.

El cómic es el ejemplo más convencional, dada la infinidad de historietas que nacieron de la mano de numerosos guionistas y dibujantes. En este punto, cuando la obra surge de una asociación entre varios artistas, entonces, las regalías y todo aquello que se obtenga de la explotación del cómic pertenece a ese conjunto de personas.

En el caso de grandes referencias del mercado, como la Warner Brothers, los derechos de autor recaen en un grupo reducido de empresarios, quienes, de una u otra forma, hacen lo que creen más conveniente, desde el punto de vista comercial, para impulsar su obra.

¿Qué pasa cuando se ceden los derechos?

Star Wars es uno de los ejemplos más conocidos de qué es lo que sucede cuando se venden los derechos de autor. En este caso, el creador de la gran franquicia protagonizada por jedi, sith, rebeldes, mandalorianos y otros pueblos icónicos de esta gran obra literaria, George Lucas, vendió Lucasfilm a Walt Disney hace más de una década por 4 mil millones de dólares.

La casa del ratón ahora tiene casi todos los derechos sobre la saga de Starwars, con la libertad suficiente para modificar e, inclusive, lanzar nuestras historias en torno a la trama original. Actualmente, la compañía ya se ha puesto manos a la obra, presentando grandes spin-offs que muchos fanáticos ansiaban ver: Ashoka, Obi Wan Kenobi, The Mandalorian, El Libro de Boba Fett, Andor y más.

Cuando una entidad, en este caso Disney, se hace con los derechos de autor original de una obra, automáticamente pasa a ser el nuevo dueño de la trama. Esto significa que, luego de la transacción con George Lucas, la explotación de productos de la franquicia, además de anuncios publicitarios y otros recursos, pasan directamente al bolsillo de Walt Disney.

Ninguna otra compañía puede usar la imagen de Star Wars o de otra historia propiedad de Disney, a menos que la empresa lo autorice, generalmente, como parte de una asociación.

No pueden hacer todo lo que quieran con sus cómics

Las editoriales como Marvel y DC son propietarias de muchas obras relacionadas con míticos personajes de cómics. Como dueños absolutos de sus productos, tienen la potestad de hacer lo que deseen con ellos.

Debe tenerse en cuenta que el rumbo que toma esta clase de historias cambia de un momento a otro, por factores comerciales y sentimentales. Los dueños de Marvel, por ejemplo, están conscientes de que no pueden cambiar tanto el contexto de sus filmes, pues el descontento de los fanáticos se refleja en la recaudación de taquilla.

Literalmente, pueden hacer lo que quieran con las películas, series y cómics a su nombre, pero hay ciertas restricciones, en este caso, impuestas por los mismos seguidores que, como ya se mencionó, son los únicos capaces de catapultar una obra a la fama.

¿Qué pasa si alguien copia un personaje de Marvel?

Si alguna compañía decide lucrarse a partir de los personajes de cómics de Marvel o DC, sin duda, tendrá graves problemas, partiendo de la demanda millonaria que deberá pagar para evitar un conflicto mayor. Y es que, para que todo avance legalmente, la empresa tiene que contactar a los propietarios de Marvel (Walt Disney) o DC (Warner Brothers) para establecer un contrato de licencias de cómics.

Tener los permisos de uso de personajes y de otros recursos de estas compañías es todo lo que se necesita para poder, por ejemplo, incluir al Capitán América en un bolso. Esta es la única forma de que no haya repercusiones legales en el proceso. Por otro lado, algunas de las mejores películas de slasher del cine cuentan con condiciones similares.

Los derechos de autor son universales, por lo que, indudablemente, la distancia no impedirá que compañías del tamaño de Walt Disney y Warner Bros lleven el tema a juicio si se hace un mal uso de sus productos.

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