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Crítica de Andor, Episodios 1, 2 y 3, Disponible en Disney Plus

Aunque para muchos la saga de Star Wars terminó con El Retorno Del Jedi, la compañía del ratón ha estrenado otro producto basado en el mundo de cuyos derechos es propietaria. Salvando a El Mandaloriano, el resto de series que han surcado la galaxia de Disney Plus, como Obi Wan o el Libro de Boba Fett, han sido sopores dignos de usarse como torturas. Es por eso que el estreno de Andor no era algo que a estas alturas emocionara a alguien más que a las madres de los protagonistas. A pesar de ello, hemos dado una oportunidad a la serie previa a Rogue One para que te hagas una idea de lo que puedes esperar.

Andor

CASSIAN ANDOR, EL FALLIDO PROTAGONISTA DE ANDOR

Si quieres correr una maratón, llevar una camisa de fuerza te asegura el fracaso. Es lo mismo que hacen la inmensa mayoría de las series actuales. El «virus woke», que diría Elon Musk, asola hasta en las galaxias muy muy lejanas. El miedo a enfadar a alguien en Twitter y ser acusado de algo que termina en -ista ha aniquilado la libertad en Hollywood. Así nos encontramos con un protagonista que nos dicen que es un ligón, pero al que no vemos tener actitud cercana a ninguna mujer. No sea que alguien diga que el protagonista representa a la masculinidad tóxica... También parece que es un buscavidas con comportamientos al margen de ley, pero su rostro, actitud y expresión no cambian cuando le reclaman una deuda. Nos dejan claro que hubo algo entre el y Bix (Adria Arjona), pero la química entre ellos juntos es cercana al cero absoluto. ¿Cómo podría haberla? Si el pobre se acercara más de la cuenta, imagínate que alguien pone en Twitter que está acosando a la pobre Bix. 

Todo esto da lugar a un protagonista sin carisma alguno para que nos interesemos por él. A pesar del asesinato a sangre fría que comete, sigue sin parecernos un canalla con buen fondo y con una gran motivación. No es divertido, no es chispeante, no llena la pantalla, no nos transmite sus motivaciones, no empatizamos con él y no nos preocupa su destino. Han querido actualizar a Han Solo quitándole sus defectos. Olvidaron que esos defectos eran la razón por la que queríamos  a Han Solo.

El actor mexicano Diego Luna carece de la presencia física que requiere un personaje de las supuestas características que debe transmitir. Culpar al actor solamente de la falta de empatía que sentimos hacia él es quizás demasiado. De hecho, sus diálogos no dan para mucho. Anodinos, demasiado largos, sin chispa. No ayudan a que nos hagamos una idea clara de su personalidad o intereses para conectar con él. La trama también es algo confusa en lo que a él concierne. En tres episodios, aún no nos hemos enterado de qué busca realmente o por qué lo hace. O a qué se dedica, ya que se lleva los tres episodios deambulando por callejones.

Bix Caleen (Adria Arjona)

EL ACTO DE ANDOR QUE LO CAMBIA TODO... NO SABEMOS POR QUÉ

Hay un momento que debería ser muy dramático para el espectador, de una gran tensión. El enfrentamiento entre Andor y los dos guardas de seguridad que terminan con la muerte de ambos. En cambio, se alarga, las súplicas no tienen sentido y el final que Andor da a los mismos tampoco acabamos de entenderlo. Pero menos entendible es ese jefe de seguridad imperial, Syril Karn (Kyle Soller), que pretende ser como el Javert de Los Miserables, pero acaba recordando mucho más a Rimmer de Enano Rojo. Sólo le falta llevar la H de holograma en la frente y el saludo absurdo. Los discursos soporíferos acerca del deber ya los tiene. Un personaje por ahora completamente unidimensional que es el contrapeso directo a Andor. La extrema persecución a la que somete a este no se entiende por el asesinato de dos guardias sin rango alguno. No puede haber policías bastantes en la galaxia si para cada cosa de ese tipo se dedica semejante despliegue de hombres. 

EL RESTO DE PROTAGONISTAS Y LOS SALTOS EN EL TIEMPO EN ANDOR

A la actualidad que representa la serie, cinco años antes de los hechos narrados en Rogue One, se le unen flashbacks. Vemos al joven Andor en su planeta originario. Allí formaba parte de una tribu indígena que recuerda a Los Pelosos de Los Anillos de Poder. Sobre todo por lo aburridos que son. No hay una historia detrás bien contada, sencillamente aparecen hablando un idioma propio que no se han molestado en ni en subtitular. Aunque llegamos a ver cómo se lo lleva Maarva Andor (Fiona Shaw), la relación que ha habido, o hay, entre ellos, seguimos sin saberla. Aunque apenas está desarrollada, me ha recordado a la relación entre Batman y Robin. Ella parece su mentora, lo rescata y lo mete en la lucha contra el Imperio, algo que, suponemos, guía a Cassian Andor. 

Bix, la chica que parece colaborar también con la resistencia, tampoco es que nos atrape con su presencia. Es muy genérica, adaptada también a la ideología que parece imperar ahora. Hay que reconocer al menos que la estúpida reacción de su novio a su detención debió resonar en la galaxia como ejemplo de muerte absurda. Mejor nos va con Luthen (Stellan Skarsgård)), el mejor personaje hasta ahora. Sus diálogos son los mejores de la serie, aunque no por ello son buenos. Al menos aporta algo de vidilla y acción al final del tercer capítulo.

Andor (Diego Luna), Luthen (Stellan Skarsgård)

LAS BUENAS INTENCIONES DE LA SERIE ANDOR Y  SUS HOMENAJES

A pesar de todo lo anterior, los creadores de Andor tienen ganas de hacer las cosas bien, pero carecen de talento para ello. Que tengan a Michael Wilkinson (Watchmen) a cargo del vestuario dice mucho. La ambientación es estupenda, dando sensación de que hay dinero invertido en ella. Más que otras series recientes que presumen de grandes presupuestos. Algunas escenas beben directamente de otras películas, como Reservoir Dogs. La conversación en la que Andor pide a un amigo que invente toda una historia detallada para cubrirle viene de ahí. Pero la pasión que ponía el Señor Naranja en ello no está por ningún lado. Por eso no funciona como en la mítica película. 

La ciudad de Cassian y sus gentes recuerdan en ciertos aspectos a los dibujos de Moebius. También El Quinto Elemento tiene un homenaje en Andor. El autobús aéreo donde viaja Luthen nos recuerda poderosamente a los diseños que Jean Claude Mezieres hizo para la película de Luc Besson. Hay momentos que se han rodado con cuidado y medios, y la música acompaña. Pero la emoción no acaba de surgir mientras la vemos. Lo mejor que podemos decir es que al menos, se puede ver. Entendemos qué quieren contar, pero por ahora no sentimos ir en el mismo viaje que el resto. La distancia emocional con unos personajes tan poco trabajados es demasiado grande. 

A pesar de lo anterior, he sido capaz de ver los tres episodios sin que se me hagan eternos. Terminaré la temporada, los episodios no se hacen largos, y visualmente es muy disfrutable. Aunque los personajes no enganchen, tampoco repelen, lo cual no es poco en estos tiempos. Parece que no hay tanta historia para tantos episodios —son 24—, pero esperaremos al final de la temporada para opinar sobre eso.

Si bien Twitter pareció reventar con el estreno de la estupenda La Casa del Dragón, apenas ha dedicado tiempo a Andor. Buscaba tweets para ver la opinión mayoritaria, y no la vi en tendencias. Son demasiadas veces las que Disney nos ha fallado con Star Wars como para que el público espere nada a estas alturas. Aunque seguimos necesitando que revivan Star Wars con buenas historias sin censuras, ni propias ni ajenas, al menos parece que con Andor quieren hacerlo bien. Esperemos que poco a poco vayan aprendiendo cómo.

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