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Fleabag, Temporadas 1 y 2. La Crítica

Una de las grandes sorpresas de los Emmys 2019 ha sido sin duda Fleabag. La miniserie británica, de tan solo dos temporadas, emitida en BBC3, no había destacado especialmente en lo que a interés mediático o del público se refiere. ¿Estaremos ante un caso de rescate de la crítica o es que merecía la indiferencia del público que ha recibido hasta ahora? Una vez vistas las dos temporadas disponibles en Amazon Video, me temo que estamos ante un nuevo caso de premiar las modas por encima de lo que verdaderamente tiene calidad. 

Fleabag

La protagonista es Fleabag, interpretada por Phoebe Waller-Bridge, quien también escribe los guiones de la serie. La chica nos cuenta su vida con la familia, trabajo (?), amistades (?) y, sobre todo, lo que más le preocupa y obsesiona: los hombres y las relaciones sexuales. Para conectar con el espectador va rompiendo la cuarta pared hablando con el espectador y haciendo reflexiones sobre lo que vemos o ella cree que va a suceder.

No es ninguna novedad este recurso de hablarle al espectador (véase House of Cards), pero este caso no destaca por ser especialmente divertido o aportar mucho a la historia. Sin embargo, ya se encarga la actriz protagonista y guionista de que los demás le digan no sólo lo divertida que es sino, además, que montones de hombres se sienten interesados y atraídos por ella. Para eso escribe ella lo que pasa en la serie...

La protagonista representa a una mujer con la treintena bien estrenada, pero sus conversaciones y continuas preocupaciones acerca de los genitales masculinos son más propios de una chica de 13 años cabeza loca. A estas alturas ya debe tener bastantes muestras de la dureza de la vida adulta. Porque nuestra protagonista absoluta, ya que todo gira en torno a ella, lleva en solitario un café ruinoso, pero no tiene problema alguno en pagar en Londres un piso para ella solita. Está disponible para todo tipo de eventos a cualquier día y hora —exposiciones, bodas, quedadas— sin problema alguno ni rastro de cansancio. Estar a cargo de un negocio que no funciona es de las peores experiencias que puede tener una persona. Entiendo que no la van a mostrar sin dormir días y días, pero podrían haber solucionado ese tema fácilmente y no ser uno de tantos detalles que demuestran que esta serie no sube de la mediocridad y que no representa a nadie real.

HE PERDIDO LA CUENTA DE LAS VECES QUE HE VISTO VENIR LOS CHISTES

En cuanto al sobrado ego de la protagonista, baste decir que ella solita hundiría al Tinder. No tiene más que salir a la calle para encontrar hombres interesados en ella, aunque se nos escape el por qué una mujer con diálogos nivel ascensor vuelve loco a tanto macho. A pesar de ser de una familia clase media, no parece tener cultura, estudios o un mínimo proyecto vital, más allá del próximo ligue. Es muy egoísta y de lo más infantil, pero de un modo que no resulta tierno, sino que la hace inmadura y poco interesante.

El nivel de ordinariez que llega a alcanzar Fleabag termina resultando muy molesto. Da vergüenza ajena que se vean venir los chistes de lejos y que la mayoría incluyan consoladores y consistan en hacer juegos de palabras de contenido sexual. No es solo nuestra protagonista la que parece inmune a todo problema que no tenga que ver con orgasmos y genitales, el resto del mundo también. Gente que ocupa cargos de alto nivel formativo y con grandes responsabilidades, se comportan en sus puestos de trabajo como borrachos recién salidos en un bar. Un disparate al servicio del ego de la protagonista. Cuando pretende hacernos creer que se ha enamorado de verdad y se comporta como una acosadora, no emociona nada porque el esquema es el mismo. Parece el último capricho de una chica que no piensa más que en sí misma.

El nivel de ordinariez que llega a alcanzar Fleabag termina resultando muy molesto


Los personajes secundarios son totalmente estereotipados, especialmente el marido de Claire (Sian Clifford) su triunfadora hermana, un tipo al que echarían de un bar de camioneros por su mala educación. El tipo es simple y unidimensional como un monigote. Ah, y, obviamente, interesado en la protagonista de una manera obsesiva y obvia, aunque la insulte por sistema y esta se lo consienta. En cuando al luto que sufre por su amiga perdida, podría aportar algo ahí pero cae en los mismos errores. Las conversaciones entre ellas en forma de flashbacks parecen sacadas un  internado de chicas y no de mujeres adultas. Finalmente, esto se difumina en la segunda temporada en favor de otras tramas. 

¿RECORDÁIS EL PÁJARO ESPINO? PUES NADA QUE VER...

Las situaciones que se plantean en su familia, con su padre y su nueva mujer son esperpénticas, con diálogos y situaciones forzadas e inverosímiles. Todo está al servicio de las cosas que aparentemente le pasan a ella, centrando siempre las conversaciones y las situaciones aunque esté en un acontecimiento ajeno. Pareciera que el resto de personajes no tuvieran vida propia, están ahí para servir de decorado a Fleabag. Por ejemplo, está presente en momentos de intimidad ajenos. Sólo para contar el chiste.

Se me ocurre una serie británica de este año que trata un tema parecido pero consiguiendo emocionar y divertir, After Life, de Ricky Gervais.  Me temo que ser hombre es bastante malo últimamente para que te den premios. Es mejor que estos estén salidos como picos de mesa, o si son sensibles, se les ridiculice porque lloran mucho y son idiotas. A ver cómo se acierta. Es curioso que una mujer salga celebrando su menopausia porque es muy liberador...


Me ha costado bastante terminar la serie, ya con vistas a poder hablar de ella con fundamento. Una pena que una producción que no destacaría entre las que se emiten en Cosmopolitan (donde las hay mucho más creíbles y divertidas) se haya hecho con un premio tan importante que no creo que merezca. Esto eclipsa a muchas otras producciones que tienen bastante más respeto por el espectador. Ni siquiera el apartado técnico va más allá de cumplir el expediente. En mi opinión, los Emmy no han hecho más que el ridículo premiando esta medianía que, como la misma autora ha dicho, no tenía expectativas de cara a los premios. Al menos hay que reconocerle ese momento de sinceridad. La serie no tiene ninguno.

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