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THE LAST SHIP, DE MICHAEL BAY. EPISODIO 1X01. LA CRITICA

Que Michael Bay se haya metido a productor de series da en principio más miedo que otra cosa, al menos a mi. Así que advierto que la he visto con bastante benevolencia. La historia que nos cuenta este primer capítulo es la de la expansión de un terrible virus por todo el planeta que aniquila a gran parte de la población. Para investigarlo, un par de científicos, para qué mas, tienen que viajar al polo norte para intentar encontrar una cura o vacuna. A pesar de que están en un barco militar aislado de misión secreta, las cosas no hacen más que complicarse.

THE LAST SHIP

Sin saber de qué iba exactamente o si se notaría mucho la presencia de Bay (aunque sea únicamente como productor ejecutivo), enseguida notas su sello. No puede uno evitar sonreir ante la repetición de los eternos clichés de este director: glorificación del ejército americano, individualismo, valores familiares rancios y gente guapa por todas partes. 

Ante un drama tan terrible como una epidemia imparable que liquida al 80% de la población, nuestra única salvación está en manos de dos científicos norteamericanos, la guapa Rachel (Rhona Mitra) y Quincy (Sam Spruell), que deben llegar al Ártico. Sólo pueden hacerlo en un barco militar (?) y encima les cuesta convencer al gobierno americano para que los mande, porque ya se sabe que los gobiernos son así de torpes e ineficientes. Afortunadamente para ellos, no es el caso del barco militar en el que van, donde tienen de capitán a Tom Chandler (Eric Dane), que todo lo que tiene de guapo lo tiene también de líder honesto, carismático y decidido. El resto de la tripulación no le va a la zaga, lleno de jóvenes idealistas, entregados y patrióticos. Dan ganas de alistarse.

LO SIENTO CHICAS, PERO SOY UN AMANTÍSIMO PADRE DE FAMILIA A LO MICHAEL BAY
Hay que reconocer que dentro de los muchos defectos de este episodio, la falta de ritmo no es una de ellas. En este primer capítulo la trama avanza bastante, hasta tal punto que no sabe uno cómo van a rellenar el resto de capítulos hasta terminar la temporada. También tiene su inevitable ración de acción, algo pegado al nombre de Bay. Obviamente, no tienen la espectacularidad de las escenas de sus películas, el presupuesto es otro, pero quien disfrute con la acción no le va a decepcionar.

Los valores trasnochados y los diálogos mojigatos también abundan. Es el caso de la típica escena del militar viendo a su familia a través de la tele mientras se toca emocionado el anillo de casado, todo un clásico. Por no hablar del subordinado comentando una chorrada sentimental de un viaje que no hará por la hecatombe que ha sucedido...

QUE EL MUNDO PUEDA ACABARSE EN NADA NO ES IMPEDIMENTO PARA
ORGANIZAR ENTIERROS CON POMPA
En cuanto a la pareja científica, es muy increíble que, como siempre, dependamos del arrojo y valentía de los héroes de turno ante una amenaza tan global. Además, sólo se les ocurre a ellos la solución, el resto no cae. ¿No colaboran los países ante algo así? ¿Por qué tanto secreto si la epidemia es tan grave? Pero si hay miles de equipos investigando el cáncer, una cosa así sería una prioridad hasta para el gobierno mas inepto, y no habría razón para que no se unieran en la lucha. En cambio, se ponen a perseguir la posible cura y a boicotear. Como siempre, se depende de un salvador, que en este caso es la no muy simpática Rachel.

La audiencia no ha ido mal en el primer capítulo, con 5,5 millones de espectadores en TNT, un canal de cable. Si apreciáis mucho vuestro tiempo, no os la recomiendo. Sin embargo, si disfrutáis con los productos de Bay, echadle un vistazo. Al menos hay que reconocer que la historia, con todos sus defectos, tiene más sentido que la de Transformers, ahorrándonos esos chistes bochornosos que abundan en la saga. Además, creo que no ha reutilizado escenas de otras películas, algo habitual en Bay, veremos si siguen sin hacerlo en los próximos episodios. 



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