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ARROW, EPISODIO 2X19 "THE MAN UNDER THE HOOD": LA CRITICA

Con algo de retraso sobre nuestra puntualidad habitual, os dejamos nuestra opinión acerca del episodio semanal de Arrow. Lo primero que habría que señalar es que, a pesar de que el título de la capucha ha hecho que los más frikis fantaseemos con la posibilidad de ver aparecer a un sosías de Jason Todd, el difunto Robin de Batman, no ha sido así. Afortunadamente, hemos podido echar un vistazo a dos personajes de la futura serie The Flash, una referencia a un villano, Arthur Light, junto a la sutil presentación de Iris West en la vida de Barry Allen sin necesidad de ver a ninguno de los dos. Pobre Felicity...

El episodio comienza con una gran batalla de Slade Wilson contra la Arrow-familia, es decir, Diggle, Oliver, Sara e incluso la pobre Felicity. Es una de las muchas razones por las que los héroes no deben dejar que nadie sepa su identidad, especialmente los supervillanos: los pillan en un segundo. Tras una explosiva batalla, la que más paga el pato es Sara, necesitando ayuda médica. Sin embargo, lo más grave para ella es la revelación a su hermana por parte de un médico de las numerosas marcas que tiene en su cuerpo. Ahora que ésta sabe por Slade Wilson que Oliver Queen es Arrow (la pobre sola no caía, y al hombre le daría ya hasta cosa) no tardará mucho en atar cabos y darse cuenta de que quien acompaña a Arrow por la noche no es otra que su hermana.
YO ESTOY AQUI PARA MANEJAR ORDENADORES, NO TORTAZOS
Pero si algo ha sorprendido, ha sido la reacción de Laurel al saber la identidad de Arrow. Que su padre no quiera saberlo la ha frenado y parece más dispuesta a guardarse que lo sabe para más adelante, y apoyar de otra manera a Oliver. Ciertamente, saber quién es no traería más que problemas a Quentin Lance, que ya va sobrado de ellos. Menos mal que su hija ha dejado la botella por otras aficiones más prácticas, como utilizar su influencia en la fiscalía. Aunque, como siga así, va a tener su propia ración de supervillanos en los juzgados que van a por ella, mejor que no juegue con fuego. Veremos cómo la encajamos en el futuro superheróico, porque me sigue costando imaginarla de Canario Negro sustituyendo a su hermana.

El que no ha durado mucho solo es Roy. Lo que le ha hecho Slade de ponerlo de surtidor de mirakuru para su ejército a través de su sangre casi le cuesta la vida. Este chico de momento ha nacido para sidekick, y ya va siendo hora de que él y Oliver se den cuenta que solo no tiene ni madurez ni preparación para hacer nada por su cuenta: no importa la fuerza que le de el mirakuru, las pocas miras no se las ha borrado.
CHICOS, VOY A  TENER QUE APLICAROS LA REFORMA LABORAL...
Y, hablando de pocas miras, Thea parece entender bien poco que su familia es quien la ha criado y no quien la ha engendrado y no se da cuenta de lo necesaria que resulta para evitar la inminente ruina de la familia. Isabel Rochev, que ha resultado ser una amante despechada del padre de Oliver parece haber conseguido su objetivo. Green Arrow ya ha sufrido la ruina económica en los cómics y parece que ese es el camino que le van a hacer recorrer en la serie. Ya comentaron los productores que no iba a poder pagar ni los sueldos de sus compañeros. Ya sabemos que no están ahí por la paga, pero veremos que tal enfocan la falta de medios en el futuro para luchar contra el crimen. 

Un buen capítulo que nos deja con varias preguntas en el aire. ¿Cómo afectará a Laurel el saber quien está detrás de Arrow? Porque no nos creemos que se vaya a conformar con darle un abrazo de amiga. ¿De verdad están tan arruinados los Queen? Y la carrera política de Moira, ¿llegará a alguna parte?

La pena es que la audiencia no ha sido muy boyante, aunque tampoco un desastre. Bueno, si miramos los demográficos si, un 0,7, mínimo para la serie, pero en números totales unos 2,3 millones de espectadores. Seguramente que la semana pasada no se emitiera ha despistado a algunos, pero seguimos pensando que la serie merece más.

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