Ya hemos podido ver el primer capítulo de esta esperada serie sobre el personaje histórico de Elisabeth Woodville, basada en el libro de Phillippa Gregory La Reina Blanca. Allá en 1464, la guerra en Inglaterra de los Lancaster contra los York, conocida como guerra de las dos rosas, estaba en pleno apogeo. Elisabeth (Rebecca Ferguson), es una plebeya, viuda y madre de dos niños, que sale a pedir un favor al paso del nuevo rey, Eduardo IV (Max Irons), a pesar de que su difunto marido murió luchando contra los York, bando del propio Eduardo IV. Elisabeth necesita que le devuelvan las tierras arrebatadas para sobrevivir, y así lo pide al monarca. El rey queda prendado de la belleza de Elisabeth, hasta el punto de que se casan rápidamente en secreto, ya que esta no consentía ser su amante. Esto será el punto de partida de las intrigas y cruces entre la numerosa familia de Elisabeth y su incorporación a la corte, que cambiaron la historia de Inglaterra.
ELISABETH, UNA BELLEZA MUY NATURAL QUE FASCINARÁ AL REY |
A pesar de que inconscientemente piensas que la serie aprovecha el tirón de Juego de Tronos, que se inspiró en muchos puntos de la lucha de los Lannister contra los Stark precisamente en la misma guerra, nada más lejos de la realidad. Esta serie, al menos en su piloto, tiene personalidad propia. Un aire de romanticismo impregna todo lo que vemos, los trajes, la casa donde viven los Woodville, la historia de amor.. pero en absoluto lo digo en tono despectivo. Momentos que parecen fantasías románticas sacadas de novelas de Danielle Steel , resultan ser históricas, como la boda secreta de ambos en la capilla familiar de Elisabeth y el anuncio del rey de que Elisabeth sería su reina, contra los intereses del reino y su consejero, Lord Warwick ( James Fry).
YO A ESTE REY LO VEO ALGO EMPANADO DE MOMENTO |
Se agradecen los momentos que dan realismo a lo que vemos, como cuando la familia de Elisabeth se cambia de bando, pasando de los Lancaster a los York basados en la mente práctica y de superviviente de la matriarca, Jacquetta (Janet McTeer), la que dirige de verdad a su numerosa prole. Esta mujer está llamada a ser de los favoritos de la serie, ya que a ella se le han reservado los diálogos más chispeantes del episodio. Buen momento cuando defiende a su hija frente a los ataques de su suegra, la Duquesa Cicely (Caroline Goondall). Es de agradecer porque Elisabeth, aunque de gran belleza, y a pesar del momento de carácter en el que intenta cortase el cuello antes que ser deshonrada por Eduardo (corte que no deja rastro alguno), no acaba de merecer toda nuestra atención y simpatía. Resulta algo fría y distante por el momento, y el enamoramiento es tan súbito y fulminante entre los dos que cuesta distinguirlo de un calentón.
A ESTE HAY QUE EXPRIMIRLE PERO BIEN, QUE TENGO DE HIJAS SOLTERAS... |
Diría que el mejor momento de Elisabeth es cuando sospecha que Eduardo la ha engañado y tiene las reacciones propias de toda mujer ante algo así. Tampoco su marido nos emociona mucho de momento, incluso tiene aspecto de ser un niñatillo caprichoso. A pesar de que la pareja protagonista va a necesitar más tiempo para que los conozcamos mejor, el resto de la serie compensa lo suficiente. Posiblemente no han querido desarrollar mucho su romance porque la serie va a partir de que se casan, con lo cual es disculpable.
VAN A TENER QUE CONVENCERNOS DE QUE SU AMOR ES VERDADERO |
Lord Warwick, primo de Eduardo y absolutamente en contra de este matrimonio, será quien maneje los ataques al mismo, con la ayuda de la madre de Eduardo. Como dice divertidamente a su hija Jacquetta "no me hace falta usar la magia para ver eso". Y es el uso de la magia otro punto que parecía que la haría parecerse a Juego de Tronos, pero de momento, sólo ha aparecido un juego de adivinar el futuro, que sería el equivalente actual a esa tía que tenemos que sabe echar las cartas del tarot. Y el otro, son premoniciones, como esa vecina a la que le dijo una gitana cómo sería su marido y le acertó. No hay nada de sobrenatural o fantástico en ella.
UN TRONO QUE LE VA A PESAR BASTANTE |
Bien rodada, con hermosos escenarios, y, aunque se nota que no es una gran superproducción, tampoco se ve escasa de medios. Los diálogos son bastante buenos y muy naturales, y la elevan por encima de una simple novela romántica medieval. Temas como la queja del padre de Elisabeth de esta guerra, que agotó al pueblo en todos los sentidos, la oportunidad que ve la madre de colocar a su numerosa prole con el matrimonio de Elisabeth, las acusaciones de chaquetera que le hacen a la nueva reina, o cómo los acontecimientos implican distintas opiniones y reacciones convencen bastante. No hay edulcoramiento y se intentan aproximar a lo que supuso este matrimonio en su momento. Consultando la historia de esta reina, se puede decir que nos esperan grandes momentos y que las intrigas palaciegas y los buenos giros no van a faltar si son medianamente fieles a la historia. Una propuesta interesante que se merece que sigamos conociendo.
0 Comentarios
Todos los comentarios son revisados antes de su publicación. Por favor, sé moderado e identifícate, nos gusta saber a quien nos dirigimos.