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RINGER: LA CRÍTICA

Debido a las simpatías que despierta Sarah Michelle Gellar y a su prolongada ausencia de las pantallas, nos disponemos a ver la nueva serie de la CWRinger, sin tener ni idea de qué trata. La serie comienza con una reunión de alcohólicos anónimos en la que Bridget (Sarah Michelle Gellar) participa. Rápidamente y sin sutilezas, nos enteramos de sus dificultades con las
drogas y de su facilidad para atraer a los hombres. Al ser una importante testigo, cuenta con protección policial, lo que no evita que escape y acuda al encuentro de su hermana gemela, Siobhan, a la que hace años no ve, para intentar arreglar sus diferencias.

EL CROMA Y LA CARACTERIZACIÓN, LOS DOS ÚNICOS CHISTES
Esta hermana es millonaria por matrimonio y, en una inocente excursión al mar, (en el que aparece un croma digno de los Teletubbies, a la imagen me remito), aparentemente se suicida. A Bridget, la hermana pobre, no le queda otra salida que ocupar su lugar y desvanecerse de su antigua vida, más cuando está siendo perseguida por quienes no quieren que llegue al juicio a declarar. A esta pantomima la ayuda el que ni el marido de Siobhan supiera que su esposa tenía una gemela. Aunque pudiera parecer lo contrario por su estilo de vida, los problemas también acucian a su hermana, aunque sean de índole sentimental. Al final del episodio, vemos cómo la hermana rica no ha hecho más que utilizarla para desaparecer.

LA VERDAD ES QUE LOS ACTORES NO SON NINGUNOS PRINCIPIANTES
La serie es, por decirlo claro, mala. No vamos a criticar que sea un culebrón, que los hay entretenidos y muy dignos, sino todo lo demás. En un episodio ya pasa todo, sin tiempo alguno para desarrollarnos los personajes, conocerlos, y ver cómo era la vida de cada hermana gemela para al menos nosotros saber las diferencias, de personalidad y estilos de vida. En un momento, ya está la pobre viviendo como la rica. Si lo bueno de las series es el tiempo para dar complejidad a los personajes, ¿tanta prisa había? ¿No podían contarnos cómo es cada una para diferenciarlas por algo más de si llevan el pelo recogido (Siobhan, la hermana rica) o suelto (que por lo visto es de pobres, no nos llega para la goma del pelo)? Con la de veces que nos han contado lo mismo, ya podrían haberse copiado para crear momentos cómicos, que por cierto no hay ninguno en la serie, al menos intencionado. 

JO TIA, HOY VOY DE POBRE CON EL PELO SUELTO, O SEA...
La pobre que se vuelve rica, sin tanto trauma de drogas ni culpabilidades con víctima inocente por medio, normalmente la iría liando en su nueva vida. No es el caso: sabe moverse por la casa, dónde esta todo, apenas tiene dificultad en integrarse en una vida que le es completamente ajena y en quedar con amistades que jamás conoció. Su marido, Ioan Gruffudd (Los 4 Fantásticos), que no sabemos cómo se ha dejado convencer para este trufo, se adivina encantador, atractivo y decente, como todos los financieros, vamos. Los clichés se suceden: que esté enredada con el marido de su mejor amiga, el embarazo de su gemela (como se entera su esposo es digno de la peor novela venezolana), el amante exagerado en sus acciones y reacciones, la hija del marido rebelde pero que seguro acaba simpatizando con la protagonista...Como si el guión no fuera lo bastante malo, el montaje viene a a finalizar el desastre, con unas canciones metidas con calzador a cada instante, que te quedas preguntándote, ¿a qué viene ese tema discotequero? Encima suenan tan altas que no se oye a los actores hablando. Luego hay muchos espejos, que en otra serie podría significar algo, pero en esta es absurdo, como si los espectadores fuésemos idiotas para refregarnos la metáfora visual a cada momento.

PERO ¿CÓMO TE HAS METIDO EN ESTE TRUÑO?
Finalmente, por mucho que el guión no la ayude, y por mucha pena que nos de, hay que reconocer que Sarah Michelle es una pésima actriz. Se podía dejar pasar en una jovencita que cazaba vampiros, pero no en una mujer que ya pasa de los treinta y que obviamente no da más de si. Su falta de expresividad es sangrante, encima en un papel de gemelas. Esta serie vale de culebrón diario de sobremesa, pero no sirve como serie con capítulo semanal. No parece que la audiencia la esté acompañando, desde luego, nosotros no lo vamos a seguir. Si os sentís muy nostálgicos de las series de los 90´s, echadle un vistazo por si a pesar de todo os entretiene, pero no esperéis nada de ella.

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