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X-MEN: FIRST CLASS, LA CRÍTICA

Por fin hemos salido de dudas y los temores que albergábamos sobre la nueva película de los mutantes se han disipado. Acabo de ver la película, por lo que el subidón inicial aun lo tengo, pero lo que es innegable es que han hecho un buen trabajo.

Todos nos temíamos que X-Men: First Class no estuviera a la altura de lo que se le exigía pues de ello depende que sigamos viendo a nuestros iconos encarnados en más ocasiones. La cinta puede decirse que está a la altura de X-Men II, si no más. Vaughn ha recreado, y nunca mejor dicho lo de recreado, los orígenes de la Patrulla X en unos convulsos años 60´s lo que le da a todo el conjunto una pátina de seriedad que otras producciones superheróicas no tienen.


La película comienza con un joven Erik Lehnsherr (Michael Fassbender) cautivo de los nazis, tal y como ya se vio en X-Men I, escena que me ha parecido calcada. En estos primeros instantes del film se nos deja bien claro que las motivaciones de Magneto no podían estar más fundadas. Mientras, en el otro lado del mundo, se nos presenta a un jovencísimo Charles Xavier (James McAvoy) que acoge en su hogar a una descarriada Mística (Jennifer Lawrence). Esto no está explicado en el film: ¿de dónde viene Mística?¿Quien se hace cargo de ella? Podemos obviar estas pequeñas elipsis, pero están ahí y parecen haber desaparecido en el montaje.

A pesar de las licencias narrativas que los guionistas se toman tomando personajes de los cómics de diferentes etapas de los X-Men y ubicándolos juntos en los años 60´s, no chirrían en absoluto. El ubicar a caracteres como Angel Salvadore, Mística o Emma Frost en la Patrulla X original trastoca completamente la cronología de los cómics. Sin embargo esto no tiene la menor importancia para el desarrollo de la acción. No debemos ser integristas y hemos de aceptar que son personajes icónicos pero intercambiables y que pueden adaptarse a cualquier marco temporal.


Tras este comienzo se nos emplaza ya en los 60´s y se nos van presentando uno a uno a los personajes del film. A destacar las actuaciones de Fassbender y McAvoy, que en algunos momentos se traduce en un mano a mano interpretativo. McAvoy es un actor muy solvente y polifacético que vale para un roto y un descosido y que quizás nunca será una gran estrella por su físico pero que suple ampliamente con su encanto y buen hacer.

La acción comienza pronto, no se hace esperar, pero sin dejar cabos sueltos ni personajes sin presentar. Este es un mal del que adolecen muchas películas que deben presentar a una serie de personajes, aburriendo cuando se han de presentar a muchos. Esto no ocurre aquí pues los personajes se van introduciendo de manera bastante coherente con el curso de los acontecimientos, sin forzar sus apariciones.

Los guionistas, esta vez, no caen en la tentación de abrumarnos con infinidad de personajes solo para contentar a los fans, sino que escogen un número manejable y reconocible para que sea más fácil seguir la historia. Esto sucedió con X-Men III y fue la causa de parte de su incomprensión por los fans.
X-Men: First Class cuenta con un reparto de secundarios de bastante calidad, lo que me ha llamado la atención: Oliver Platt, Glenn Morshower, James Remar, Rade Serbedzija, Ray Wise, Michael Ironside...Y hablando de Michael Ironside, que vuelve a repetir en el papel de militar, creí estar viendo al General Sam Lane de Smallville.

El que vaya buscando guiños o referencias no las va a encontrar. Quizás la única sea el cameo de Hugh Jackman, a falta del de Stan Lee. Vaughn le ha dado un tono premeditadamente dramático a la cinta que quizás no permita este tipo de guiños, pensando más en enfocar la película a quien no ha leído un cómic de los X-Men en su vida que a los lectores habituales. Tan solo se hace un parón en el ascenso dramático de la película durante el reclutamiento de mutantes y su posterior entrenamiento.


La película consigue ofrecer espectacularidad pero sin abrumarnos y siempre al servicio del guión y no para suplir las carencias narrativas. Michael Bay, ¿lo pillas? La ambientación está muy conseguida, es elegante y muy apropiada para la historia que se quiere contar. No siempre se pueden trasladar las historias que transcurren en otras épocas a la actualidad porque cantan mucho. Y aquí, lo que pedía la historia era que transcurriera en la época en la que surgieron estos fenómenos de la naturaleza que son los mutantes.

Ha sido muy valiente y acertado no rodar la película en 3D, lo que hubiera sido completamente innecesario pues no requiere nada accesorio para gustar e impresionar. Hemos tenido la suerte de poder ver X-Men en una sala con sistema digital que es el que habría que potenciar por encima del timo técnico y económico que es el 3D.

X-Men: First Class es una gran película tanto si eres fan de los cómics como si te son ajenos. Contiene las dosis justas de acción, drama, personajes pero, por encima de todo, un buen guión. Hay que decir que la ausencia de estrellonas favorece al film pues es una película coral donde todos los personajes tienen su importancia, a pesar del duelo interpretativo McAvoy/ Fassbender.

Espero que se rompa la tendencia que cada vez que la Fox producía una película de superhéroes los fans nos echábamos a temblar. X-Men: First Class rompe totalmente esta tendencia y hace que tengamos más ganas de seguir disfrutando con estos personajes en próximas películas. Y personalmente voto por mantener el mismo casting y ver evolucionar a los personajes en los años sucesivos. Las posibilidades son infinitas y los guiones están ahí, en las estanterías de cualquiera de vosotros.

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