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Alan Moore, Ejemplo de Genialidad y Omnicanalidad, se Retira del Cómic

Desde hace años, Alan Moore ha estado diciendo que el último número de La Liga de los Hombres Extraordinarios sería su despedida definitiva del cómic y hace apenas unos meses llegaba a las estanterías de las tiendas de todo el mundo. Así que, salvo una muy improbable sorpresa de última hora, Moore se retirará del medio que ha revolucionado durante muchos años. Su genialidad está detrás de clásicos como V de Vendetta (obra repleta de curiosidades sorprendentes que terminaría siendo un bombazo cinematográfico), Tomorrow Stories (un sentido homenaje a los héroes de la Golden Age), Watchmen, From Hell o Batman: The Killing Joke (La Broma Asesina en español, que ha servido de inspiración para Joker de Todd Phillips), entre otras ya obras consagradas del cómic que han pasado a la historia.

Una carrera prolífera en el universo del cómic que llega a su fin


Pocos guionistas de cómics han exprimido tanto la creatividad de su mente como lo ha hecho Alan Moore pero, en sus propias palabras en una conferencia de prensa celebrada en 2016, el artista afirmaba que creía que ya había hecho suficiente por el mundo del cómic. Comentó también que, si continuase trabajando en los cómics, de manera inevitable terminaría notándose una falta de frescura en sus ideas y eso es algo que no está dispuesto a aceptar. Parece, por lo tanto, que Moore es de los que creen en la importancia de una retirada honorable a tiempo.


Lo cierto es que es difícil reprocharle su retirada del mundo del cómic: su carrera ha sido una de las más extensas del medio. Además, su interés por tocar otros palos le impide seguir con la dedicación que en otros tiempos le entregó al cómic. No hay más que mirar la colosal hazaña que logró con su último trabajo novelístico, Jerusalem (de tal extensión, que la editorial Planeta decidió editarlo en tres tomos). Ahora bien, el alcance de una figura de la talla de Alan Moore no se apaga, así como así y, paradójicamente, su presencia en el mundo de la cultura aumentará en intensidad en los próximos meses.

La industria audiovisual no se cansa de beber de la fuente de Moore


Las creaciones de Alan Moore son tan apreciadas que navegan por diferentes medios y formatos. Destaca especialmente el interés que el mundo del cine ha mostrado por la vasta obra de Moore (si bien no siempre le ha hecho justicia a la genialidad del original). Podría decirse que el pistoletazo de salida lo marcó el estreno en los cines de V de Vendetta, película de culto que llegó a estar detrás de la estética de grupos antisistema como Anonymous (algo que seguramente habrá satisfecho las tendencias anarquistas confesas de Moore).


HBO estrena Watchmen el próximo 20 de octubre y la expectación es máxima. Quienes están tristes por la retirada de Alan Moore ansían compensar su pérdida con una producción que esté a la altura de la obra original en cómic. Este otoño también podremos disfrutar del estreno de la primera película de Alan Moore: The Show. En definitiva, la obra de Moore no se limita a un solo formato, sino que trata de abordar varios medios. Es una tendencia cada vez más presente en la industria cultural y del entretenimiento, como vamos a ver brevemente a continuación.

La omnicanalidad o multicanalidad: tendencia al alza en el sector del ocio


El caso de Alan Moore es muy representativo de una tendencia que cada vez está más presente en nuestra manera de concebir la cultura y el entretenimiento: la omnicanalidad o multicanalidad, es decir, la disponibilidad de un bien cultural o de ocio en canales, formatos o soportes diferentes. Así podemos entender mejor las últimas tendencias en el sector de la cultura y del ocio. La multicanalidad es la esencia de nuevas formas de entretenimiento y se ve beneficiada por el auge de las nuevas tecnologías. Tenemos así el ejemplo multicanal de Betway casino, que reúne toda la oferta del iGaming bajo un mismo paraguas comercial (juegos de cartas, ruleta, apuestas deportivas, etc). En este sentido destacan también empresas de streaming consagradas como Netflix, que aglutinan en una misma plataforma productos que hasta ahora no se encontraban centralizados (superproducciones y producciones indie, películas interactivas y películas convencionales, series, etc.). Quizá el ejemplo más claro de la irrupción de la multicanalidad en nuestras vidas sea el caso de la todopoderosa Amazon, que reúne en una misma empresa tecnológica una enorme biblioteca de libros electrónicos, un marketplace en el que comprar cualquier producto que se nos pueda pasar por la cabeza y un completo servicio de streaming de series y películas.

Resulta fascinante cómo tanto los artistas y las empresas comparten el factor de omnicanalidad como ingrediente clave de su éxito y popularidad entre el gran público. Artistas como Alan Moore consiguen gozar de una gran exposición debido a su presencia transversal en diversos formatos y soportes cuyo nexo en común es su propia persona. Y empresas como las que acabamos de mencionar consiguen un efecto similar (a nivel corporativo y no personal, claro está), al tener también una presencia transversal en los productos y servicios que ofrecen. Ciertamente, una cosa está clara, en un mundo tan competitivo como el que nos ha tocado vivir, parece que destacar entre la masa, ya sea a nivel personal o empresarial, es tarea cada vez más complicada de realizar. ¿O será que, sencillamente, solo hay cabida para un Alan Moore o un Amazon en nuestro mundo?

CRÉDITO DE LAS IMÁGENES: pexels.com

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