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STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA. LA CRITICA

El 19 de mayo de 1999 George Lucas estrenaba Star Wars: La Amenaza Fantasma, el primer episodio de una saga (y el cuarto film en orden de lanzamiento) que había dado comienzo hacía 22 años con Una Nueva Esperanza. Lucas, que de nuevo tomaba las riendas de su creación como directos de los Episodios I, II y III, intentaba con estas películas apartarse en la medida de lo posible de las fórmulas que tanto éxito le habían reportado los tres primeros films, siendo esto posiblemente una de las causas de su relativo fracaso. Esta nueva trilogía "parecía" Star Wars, pero no "era" Star Wars, precisamente porque tanto la historia como los personajes que aparecían en ella intentaban distanciarse demasiado de lo visto en las películas clásicas. J.J. Abrams, en un intento de no repetir el error de George Lucas distanciándose demasiado del canon de lo que se considera una película de Star Wars, ha realizado con El Despertar de la Fuerza un acercamiento mas acusado a la fórmula original de la saga, llevando a cabo una especia de "remake" (o "reboot") encubierto de Una Nueva Esperanza.


Han pasado 30 años tras los sucesos narrados en El Retorno del Jedi. El Imperio, herido de gravedad tras la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte, ha resurgido de sus cenizas bajo el nombre de Primera Orden. A esta maquinaria de guerra se enfrenta la rebelión, apoyada por la República y liderada por la general Leia Organa, quienes buscan desesperadamente al único que puede acabar definitivamente con este nuevo Imperio: Luke Skywalker. Sin embargo, las fuerzas rebeldes no son las únicas que buscan a Skywalker, ya que un nuevo servidor del Lado Oscuro, Kylo Ren, ansía también dar con el último de los Jedi.

Siempre es un acontecimiento un nuevo film de Star Wars. En este caso, la maquinaria de Disney, ahora poseedora de los derechos de la franquicia, ha hecho que en cada valla publicitaria, en cada informativo, en cada periódico, se haga promoción de una película que, a pesar de sus 200 millones de dólares de presupuesto, tiene sus beneficios mas que asegurados. Pero, a diferencia de lo que hizo Lucas con su nueva trilogía, Disney se ha preocupado muy mucho de que el guión de Lawrence Kasdan, J.J. Abrams y Michael Arndt se parezca lo mas posible a la fórmula de las tres primeras películas.


La película de Abrams claramente apela a la nostalgia del espectador pero, a la vez, instaura una nueva situación y unos nuevos personajes que conecten con las nuevas generaciones. Y es que, aunque parezca mentira, muchos de los que ahora rondan los 20 años, o no han visto ninguna de las anteriores entregas, o si lo han hecho, no ha supuesto para ellos ni remotamente lo mismo que para alguien de más de 40 que vio en pantalla grande las tres originales. Así, El Despertar de la Fuerza está repleta de alusiones que recuerdan poderosamente a cosas, personajes y situaciones ya conocidas de los tres primeros episodios. De esta manera, el espectador mas veterano reconocerá de inmediato elementos comunes a la saga como la nueva "Estrella de la Muerte", el plan de la resistencia para neutralizarla, el villano enmascarado con sorpresa, la chica dejada en adopción por unos padres misteriosos, el poder latente de La Fuerza en los hijos de determinados personajes, el adorable y simpático robot, la omnipresente cantina repleta de personajes grotescos... Podría seguir así y rellenar toda la crítica, pero dejaré que lo comprobéis por vosotros mismos.

De esta manera, aunque la película es, sin duda, una de las mejores de Star Wars desde El Retorno del Jedi, no podemos decir que sea la mejor de la saga, ni mucho menos. Estamos sin duda ante una especie de reinvención de la vieja fórmula instaurada por Lucas hace ya 38 años, en la que los antiguos protagonistas, Leia, Han, Chewbacca, R2-D2, C-3PO y Luke Skywalker, ceden literalmente el testigo a las nuevas generaciones: Rey, Dameron, Finn y, como no, el pequeño BB-8. No podemos comparar El Despertar de la Fuerza con ninguna de las anteriores, no tiene sentido, como tampoco podemos decir que sea la mejor, ya que estamos ante un producto nuevo pero a la vez antiguo, ya que plantea una nueva historia con unos nuevos personajes siguiendo un patrón muy reconocible, visto ya en esta saga en dos películas, Una Nueva Esperanza y El Retorno del Jedi.


Los nuevos personajes, al menos, han cumplido con creces la tarea de convencer y agradar al público, a pesar de que a priori no pareciera que lo fueran a conseguir. Rey, interpretada por Daisy Ridley, convence como la típica chica independiente y hecha a si misma, tras haber sido abandonada por sus padres en el desértico planeta Jakku (todo un guiño a Tatooine). La interpretación de Ridley, a medias entre la dureza y la dulzura, nos trae enseguida a la cabeza a aquella Carrie Fisher de la trilogía original. Finn (John Boyega), tiene elementos que recuerdan tanto a Luke como a Solo, sin ser ninguno de los dos, pero también convence como soldado de asalto con "buena conciencia". En cuanto al personaje de Dameron (Oscar Isaac) también cuenta con rasgos que recuerdan al Han Solo de Harrison Ford, como si Abrams y Kasdan hubieran intentado no cambiar no solo el esquema básico de la historia, sino tampoco los rasgos fundamentales de la personalidad de los protagonistas.

Kylo Ren merece un estudio aparte. El personaje al que da vida Adam Driver es el nuevo Darth Vader, a quien por cierto venera como figura a quien imitar. Pero, a diferencia de Anakin Skywalker, Ren es un personaje con mas dimensiones, alguien que habiendo caído en el lado tenebroso de La Fuerza, lucha en cada momento por abandonar dicho influjo y volver a la luz. Esta dualidad se concreta en un ser irascible e inestable, una especie de bebé con rabietas pero capaz de aniquilar a cualquiera con la sola fuerza de su voluntad. Driver hace una buena interpretación de su personaje, no podemos poner objeción a ello. Su rostro, alejado de los cánones de belleza imperantes en el cine comercial, pone la guinda a un villano que, aunque siendo en realidad un Vader 2.0, cumple con creces lo que se esperaba de el.


Pero lo que mas expectación y curiosidad ha despertado entre los viejos fans ha sido la vuelta de los protagonistas clásicos de la saga. Harrison Ford sigue dando el pego como Han Solo, y aunque su peluquín sea demasiado evidente, su presencia en pantalla sigue siendo poderosa. Obviamente, la edad no perdona, pero básicamente es el mismo Solo que vimos en la trilogía original. Por Chewbacca no pasan los años, ni siquiera encontramos canas entre su pelaje, pero se nota que bajo ese disfraz sigue estando Peter Mayhew, el mismo actor grandullón que siempre le dio vida y que tan bien sabe transmitir las emociones de su personaje solo con gestos y bramidos. Quizás el personaje mas desaprovechado sea el de Carrie Fisher, a quien básicamente solo vemos en un par de escenas, pero que habría merecido mas.

Toca ahora hablar del aspecto visual del film, al que pocas pegas, lo digo ya, se le pueden poner. Los efectos visuales son espectaculares, así como el diseño de las criaturas, la mayoría de ellas animadas con efectos prácticos y no digitales. Sin embargo, hay dos excepciones importantes: Maz Kanata, el personaje que anima Lupita Nyong'o, y el de Andy Serkis, el Líder Supremo Snoke. Ambos son personajes importantes, y no entienda la razón por la que Abrams ha elegido que sean interpretados mediante captura de movimiento. ¿Acaso no aprendió nada del Yoda animado digitalmente de las precuelas de Lucas?


Como he dicho, Abrams ha huido del exceso de efectos digitales de películas anteriores que se vieron lastradas por la sobreabundancia de los mismos. Ya no estamos anta esa sensación de videojuego que teníamos al ver muchas escenas de los Episodios I, II y III. Esa sensación se ha evitado en casi su totalidad, aunque obviamente dichos efectos no han sido sustituidos, solo han sido usados mas sabiamente, sobre todo en el caso de las criaturas no humanas. A pesar de ello, personalmente encuentro en El Despertar de la Fuerza un problema que no esperaba hallar, el del exceso de realismo en ciertos momentos. 

Cuando vemos un film de Star Wars, todos esperamos ver seres, vehículos y ambientes muy distintos a todo lo que nos es familiar. Mientras que en El Despertar de la Fuerza se cumplen básicamente estas expectativas, sin embargo parece como si Abrams hubiera tenido miedo de alejarse demasiado de la realidad, y me explico. En las películas originales se usaron escenarios naturales que fueron transformados de manera magistral en planetas extraños, como el desierto de Túnez o los bosques de secuoyas de California. Pero a pesar de este hecho, nunca tuvimos la sensación al ver aquellas películas que los personajes estuvieran en la Tierra, sino en una galaxia muy muy lejana. Esto no me ha pasado con el film de Abrams. Las escenas en exteriores, tanto en Jakku, el planeta de la base rebelde, el de Maz Kanata, o el planeta de la Primera Orden, no me han resultado todo lo "alienígenas" que yo había esperado. Quizás, el planeta mejor conseguido fuera Jakku, con esas enormes naves de guerra estrelladas en su desierto y sus extrañas criaturas. El resto de escenarios, sinceramente, me recordaba demasiado a lugares terrestres.


Antes de terminar con esta crítica debo señalar también ciertas inconsistencias y errores que veo en la película y que no quiero dejar pasar. Obviamente, entramos de lleno en el terreno de los SPOILERS, avisados estáis.

  • En primer lugar, me resulta extraño el hecho de que alguien no entrenado en el uso de La Fuerza venza tan fácilmente a Kylo Ren, un ser enormemente poderoso por su unión con el lado oscuro. Y no solo alguien que lleva La Fuerza en su interior, como es Rey, sino alguien tan improbable como Finn, un simple soldado de asalto que es capaz, con un sable láser que nunca ha manejado, de hacérselo pasar mal a un tipo como Ren.
  • ¿Por qué aparece tan poco un personaje como el de Max Von Sidow? ¿Quién es Lor San Tekka y por qué sabe tanto sobre el paradero de Luke? ¿Es el la persona que crió a Rey o no tienen nada que ver?
  • Tampoco está nada bien explicado cómo funciona la nueva Estrella de la Muerte, la base Starkiller de la Primera Orden. Estamos ante todo un planeta que ha sido transformado por una ciclópea obra de ingeniería en un cañón cósmico de plasma solar, es decir, que absorbe la energía de las estrellas transformándola en poderosos y mortíferos haces destructores de sistemas estelares enteros. Me asaltan varias dudas: ¿Es móvil la base Starkiller? Si lo es, ¿va drenando el fuego atómico de las estrellas hasta hacerlas desaparecer? ¿Cómo mantiene su atmósfera un planeta errante? En fin, esto es Star Wars, no tiene nada que ver con la ciencia...
  • ¿Por qué vemos venir de lejos el destino de Han Solo y por qué, cuando lo alcanza, no sentimos apenas nada de emoción?
  • ¿Por qué se han reservado al personaje de Mark Hamill para la próxima película?

Estas son solo algunas de las cuestiones que mas me han llamado la atención o que me han chirriado de la película, una cinta, en general, que ha cumplido con las expectativas que tenía puesta en ella. No considero que las críticas que está recibiendo, que la aúpan poco menos que hasta los altares de la cinematografía, sean verdaderamente acertadas. La película de Abrams es, ciertamente, mejor que las de la nueva trilogía de Lucas, pero está un escalón por debajo de la peor de la trilogía original, El Retorno del Jedi. Creo que el apostar por lo seguro y repetir de manera tan descarada la plantilla del argumento de Una Nueva Esperanza le ha restado interés y calidad a la película, ya que, en realidad, no estamos viendo nada nuevo, solo una especie de refrito, muy sabroso eso si, de viejos elementos, personajes y situaciones. El pensamiento de "esto ya lo he visto" siempre estuvo presente en mi cabeza durante los 135 minutos de metraje, minutos que, todo hay que decirlo, no se me hicieron largos. Esperemos que el Episodio VIII, una vez presentados los nuevos personajes en El Despertar de La Fuerza, aporte mas originalidad a la saga, y no tengamos constantemente los viejos fans de esta saga esa sensación de déjà vu que no ha dejado de estar presente en esta nueva, divertida y emocionante, pero poco original entrega.

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