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JUEGO DE TRONOS EPISODIO 3X01 "VALAR DOHAERIS". LA CRITICA (SPOILERS)

La tercera temporada de Juego de Tronos ha comenzado con buen pie, a pesar de que no hemos visto un primer episodio demasiado espectacular. Al igual que de un capítulo final de temporada, de un primer episodio también se espera cierto empuje y espectacularidad, ya que el objetivo en ambos casos es acaparar la atención del espectador de cara a próximas entregas. Esto es conseguido a duras penas por este primer episodio de la nueva temporada de Juego de Tronos, quizás más pausado y menos explosivo de lo que todos esperábamos.

El capítulo empieza donde terminó la temporada anterior, con Samwell Tarly (John Bradley) corriendo para dar aviso a la Guardia de la Noche de la oleada de caminantes blancos que se acercan al muro. Tras hallar a uno de sus compañeros muertos, Tarly es atacado por un zombie, pero es salvado por el lobo de SnowFantasma, quien llega acompañado de lo que queda de la Guardia de la Noche. Tarly no ha sido capaz de enviar los cuervos avisando del inminente peligro, algo que Lord Mormont (James Cosmo) se encarga de reprocharle.


Seguimos tras el muro de hielo, con Jon Snow (Kit Harington) siendo conducido ante Mance Rayder (Ciarán Hinds), el Rey Más Allá del Muro. Y aquí tenemos la primera sorpresa de la temporada, la aparición entre los hombres de Rayder de una criatura que aun no habíamos visto en el show: un gigante. A medida que la serie avanza, los elementos fantásticos van apareciendo en pequeñas dosis, lo que hace que no perdamos nunca la capacidad de sorpresa que tiene esta excepcional serie. Ya ante Rayder, Snow sigue con su farsa de pasarse al otro bando, una mentira que casi es puesta al descubierto por los poco convincentes motivos del ex-guardia de la noche.


Mientras, en Desembarco del Rey, tenemos la primera escena subida de tono de la temporada, con Bronn (Jerome Flynn) y una bella cortesana como protagonistas. Tras ser reclamado ante la presencia de Tyrion, Bronn se encuentra con los guardias de Cersei (Lena Headey) custodiando la puerta de los aposentos del enano. Dentro de la estancia, Tyrion intenta recuperar su status perdido amenazando a su hermana con contar a su padre tanto sus secretos como los de Joffrey. Estamos ante la primera escena en la que Peter Dinklage es de nuevo capaz de hacer brillar a su personaje, con unos diálogos que casi siempre son los mejores de cualquier capítulo.

Ya que Tywin Lannister (Charles Dance) no se digna a visitar a su hijo herido en combate, Tyrion va a visitarle, pidiéndole la plaza de Casterly Rock, algo a lo que su padre se niega en redondo, dedicándole algunos insultos de grueso calibre. Privado de su puesto como mano del rey y herido en su orgullo por su propio padre, Tyrion no lo tendrá fácil esta temporada para salir adelante entre los peligrosos pasillos de Desembarco del Rey. Los fans del personaje podemos estar tranquilos porque, como ha revelado el propia actor recientemente, la temporada estará repleta de buenas escenas en las que la prosa de Tyrion volverá a deleitarnos.


Mientras, Ser Davos (Liam Cunningham), quien ha sobrevivido milagrosamente a la batalla de Aguasnegras, es rescatado por los aliados piratas y llevado ante Stannis Baratheon (Stephen Dillane), quien está completamente bajo la influencia de Melisandre, la Sacerdotisa Roja (Carice van Houten). Tras intentar asesinarla, Davos es arrojado a las mazmorras de Rocadragón por el mismo rey al cual jurara lealtad eterna.

Y ahora viene una de las incógnitas del episodio para aquellos que aun no hemos tenido la oportunidad de disfrutar de los libros de George R.R. Martin: ¿quien ha masacrado a las gentes de Harrenhal? Cuando las tropas de Robb Stark (Richard Madden) llegan a la fortaleza no hay nadie con vida, en lo que parece haber sido una lucha completamente desigual. Lo último que recuerdo es ver como Arya (Maisie Williams) escapaba de Harrenhal gracias a su amigo Jaqen pero, aparte de unos cuantos guardias muertos, todo estaba bien por allí. Sin duda es algo que nos será desvelado en próximos capítulos, aunque, siendo sinceros, haya quedado un poco raro.


En Desembarco del Rey, Sansa juega a imaginar que escapa de su encierro en un velero, algo que Lord Baelish (Aidan Gillen) parece estar dispuesto a hacer realidad, seguramente de cara a su propio beneficio. ¿Quizás para ganar puntos ante la madre de Sansa, Catelyn Stark (Michelle Fairley), de la que siempre ha estado enamorado? En todo caso, Baelish se arriesga mucho al despojar a los Lannister del único rehén que pueden intercambiar por Jaime, que ellos creen prisionero de Robb Stark pero en realidad camino de Desembarco del Rey en compañía de Briennne de Tarth. Margaery (Natalie Dormer), por su parte, intenta congraciarse con el pueblo llano, no sabemos aun si sinceramente o persiguiendo alguna finalidad oculta.

Daenerys (Emilia Clarke) continua inexorable hacia el trono de hierro y se encamina hacia la ciudad de Astapor, donde Ser Jorah (Iain Glen) cree que pueden comprar un ejército de temibles soldados esclavos. Los dragones de Daenerys han alcanzado ya un tamaño respetable, pero no crecen a la velocidad que la última de los Targaryen necesita para sus planes. En Astapor hay una divertida escena en la que el comerciante de los esclavos soldado enseña las tropas a Daenerys y Jorah, ayudado por una traductora. El sujeto, amparado en el desconocimiento del idioma de sus clientes, dedica a Daenerys una buena sarta de insultos, mientras demuestra hasta que punto son leales sus soldados esclavos cortándole a uno de ellos uno de sus pezones.


Una de las últimas escenas del capítulo es la salvación de una muerte segura de Daenerys por parte de un personaje al que habíamos perdido de vista hace tiempo: Ser Barristan, el caballero que Joffrey (Jack Gleeson) expulsó de Desembarco del Rey. La amenaza de los brujos sigue estando vigente, pues uno de ellos con la forma de una niña pequeña intenta asesinar a la Targaryen con un escorpión (por cierto, ya podrían haber usado uno real y no por CGI, no hacía falta presentarnos una criatura tan extraña). 

Si este hubiese sido un episodio ya avanzada la temporada hubiera entendido el ritmo tranquilo y sin sobresaltos, la relativa poca relevancia de los sucesos y la casi nula acción. Sin embargo, tratándose del capítulo que abre una temporada, es extraño que los responsables de la serie no hayan puesto más carne en el asador para hacer subir la expectación de la audiencia. Quiero creer que el nivel del show va a subir varios enteros en el siguiente episodio, sobre todo teniendo en cuenta la enorme cantidad de historias que han de contarnos de manera bastante resumida en tan solo diez episodios. En definitiva, un capítulo en la línea de calidad e interés acostumbrados pero con menos espectacularidad de lo que se le supone a un inicio de temporada.

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