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TRANSPORTER, THE SERIES. EPISODIO 1X01. LA CRITICA

No se si sabréis que Luc Besson es un tipo listo a la hora de ganar dinero. Hace películas que le salen baratas, pero hace taquilla con ellas como si le hubieran costado caras, como Venganza o la saga Transporter. Es esta última la que han decidido pasar a serie televisiva aprovechando que el esquema da para ello. Frank Martin (un impertérrito Chris Vance) es un transportador, alguien a quien se paga para que desplace a personas de un sitio a otro sin hacer preguntas y que además las protege. En este caso, ha de llevar a la hija de un asesor americano a la que persiguen quienes quieren extorsionarlo. La chica, Delia, una pija filiforme a lo Paris Hilton, sufrirá todo tipo de ataques por parte de una peligrosa mafia, ante los que el solitario Frank tendrá que dar lo mejor de sí.
NI EL POSTER SE LIBRA DE LA POCA ESTÉTICA
No he visto las películas de Tranporter, pero viendo la serie pienso seguir así. No pasa nada porque quieras imitar a James Bond, cochazo y MoneyPenny incluida. Lo malo es que lo hagas mal. Que en una serie de acción aparezca una situación inverosímil, es casi obligado. Pero si además es sosa y está mal llevada, la cosa empieza a no sostenerse por ningún lado. Desde la idiota que recrimina antipáticamente a Frank en el aparcamiento sin conocerlo de nada por "llevar un coche de gasolina que contamina", (suponemos que esta chica tiene muy ocupada sus horas viendo a lo que se dedica), hasta la protegida, Dalia. Ésta, sabe que está amenazada y que ha de huir con Frank. Pues antes de irse del hotel, no tiene otra ocurrencia que ir a probarse bragas y sujetadores (frente a la cámara) en la boutique del hotel. Obviamente, aparece la banda de asesinos, a los que la chica ha dado tiempo de sobra. Menos mal que todos cumplen el tópico, más tontos que amebas desnutridas. Frank los desarma mientras ellos miran, armados hasta los dientes, estupefactos.
A DIFERENCIA DE DELIA, ESTA MONEYPENNY NO GASTA EN SUJETADORES
 Ni siquiera se puede decir que las escenas de acción estén bien rodadas. Recuerdan a las de Jackie Chan, pero sin su verosimilitud. Son confusas y demasiado rápidas. Tampoco las persecuciones os quitarán el hipo. No se libran de ese sabor a serie centroeuropea donde el presupuesto no da para más y parece que quieren colar cualquier cosa para terminar, como veréis en la explosión del episodio.

Para acabar de arreglar el cuadro a lo Ecce Homo, los diálogos. Los actores parece que sueltan lo primero que se les pasaba por la cabeza a los guionistas. No parece ni que pasen una segunda correción, porque si no, no se explica. Todo está enfocado a dejarnos claro que Frank es el rey del mambo e invencible. No sólo los diálogos, las situaciones. Busca un público poco exigente. Si os fijáis bien, un cristal se rompe antes de que él lo cruce. Da igual, ¿qué vas a hacer, repetir la escena? Si eso es muy caro, hombre... Entre persecución y asesinato, por supuesto Frank se liga a la protagonista, a la que no le debe sonar lo del síndrome postraumático. Si es que eligió muy bien las bragas...

TODOS CAEN SIN REMEDIO ANTE FRANK
Pero el premio a la mayor ridiculez, se la lleva el momento en que Delia, oculta en casa de Frank, llevando el inevitable pen con "toda la información comprometida, del que solo hay una copia" decide irse en taxi porque no se siente segura. No le parece seguro un tipo que ha liquidado sin despeinarse a unos 20 criminales armados delante de ella. Pues que me explique su idea de la seguridad. Será irse enseñando el culo sola a un hotel para que la pillen en un momento los malos, con traidor cercano incorporado. 

En fin, si no os importa el guión, ni tener que tener actividad cerebral a la hora de ver una serie, y sólo buscáis coches corriendo y despelote porque si, no os la perdáis. Si tenéis curiosidad para ver lo mala que es, echadle un vistazo, yo me he reído. Pero me temo que no tanto como para ver el segundo.

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